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Buenos Aires: Legislatura: Una diputada de izquierda le respondió a Felipe Miguel
Fue durante la sesión especial donde el jefe de Gabinete del Gobierno Porteño presentó su informe de gestión de mitad de año. Las principales definiciones.
En el marco de la gestión parlamentaria y en el contexto de la sesión especial en la Legislatura Porteña donde el jefe de Gabinete del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, Felipe Miguel, presentó su informe de gestión de mitad de año, la Legisladora Alejandrina Barry (FIT), hizo fuertes críticas con respecto a la prohibición del lenguaje inclusivo en las escuelas porteñas.
A continuación las principales definiciones de la Legisladora Porteña, Alejandrina Barry:
«Pregunté sobre la prohibición del lenguaje inclusivo. ¿Cómo van a hacer los y las docentes para referirse a estudiantes con identidad no binaria? ¿El gobierno va a obligar a la docencia a negar su identidad, que no sean nombrades, tienen que sacar alumnes de la lista?».
«Con respecto a la alimentación en las escuelas y en relación al problema de las viandas, quisiera saber qué criterio debe tener un docente para distribuir 17 sandwiches entre 30 estudiantes, ya que es una realidad que me hacen llegar día a día maestros y maestras especialmente de la zona sur de la Ciudad. Insistimos nuevamente con este punto ya que tuvimos que presentar un amparo con Myriam Bregman para que les den la comida a los pibes y pibas. No puede ser que tengamos que vivir haciendo amparos para que se garantice el derecho a comer en las escuelas públicas».
«Rodríguez Larreta y el Jefe de Ministros hablan de consenso. A la Legislatura han venido las enfermeras reclamando el pase a la carrera profesional y las reprimieron. Ocurrió lo mismo en la movilización de docentes y estudiantes de los profesorados que rechazaron la reforma del estatuto docente. Qué va a hacer con los más de cien despidos del personal de salud contratado que han venido a esta Casa a reclamar. Las y los secundarios rechazan las prácticas laborales obligatorias, hacen sentadas en sus colegios, se organizan y movilizan contra ello. No pueden explicar cuál es el fundamento pedagógico de mandar a los pibes y pibas como ocurre en el Lengüitas a una fábrica de sándwiches. Solo escuchan a quiénes comparten sus ideas».