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El déficit fiscal, ¿un tigre de papel?

En el marco de la grave crisis económica que está atravesando la Argentina como consecuencia de la cuarentena súper extensa decretada por el gobierno de Alberto Fernández y de Cristina Kirchner, desde la Consultora Analytica, dirigida por los economistas Rodrigo Álvarez y Ricardo Delgado, analizaron la situación del déficit primario y las negociaciones que lleva adelante el Gobierno Nacional con el FMI.

A continuación las principales conclusiones de la Consultora Analytica:

  • El gobierno puede reducir el déficit primario a 2,6% del PIB desmantelando casi todo el “gasto covid” y respetando las pautas nominales del presupuesto. Incluso estaría en condiciones de aumentar los subsidios económicos para moderar el ajuste de las tarifas de servicios públicos. De alcanzarse, es un nivel de déficit financiable con un mix entre deuda de mercado en pesos y una emisión monetaria que estaría en línea con las pretensiones del FMI.
  • De esta manera, sería posible alcanzar un acuerdo con el organismo que mejore las expectativas y ayude a estabilizar la nominalidad en el camino hacia las elecciones. El déficit fiscal puede convertirse así en un tigre de papel, una amenaza menos poderosa de lo esperado. Sin embargo, el gobierno debe sostener decisiones políticas que atentan contra el poder de compra de las familias y la recuperación del nivel de actividad.
  • En 2020, el déficit fiscal primario fue de 6,5% del PIB, el porcentaje más alto desde los años 80 y seis puntos por encima del 0,4% de 2019. Sin embargo, en términos del producto, implicó un gasto extra de 3,5% y menores ingresos por 0,7% del PIB. Consciente de los problemas que acarrea semejante nivel de déficit (en especial sobre la brecha cambiaria), antes de fin de año el gobierno contuvo el gasto más allá de lo esperado. De hecho, cuando en setiembre presentó el presupuesto en el Congreso estimaba un déficit del 8,3%, 2 puntos por encima del que finalmente resultó.
  • La confirmación en el último trimestre de la eliminación del IFE y la reducción del ATP, que significaban 2 puntos del PIB, le permitió al gobierno mejorar el panorama fiscal. A su vez, la recuperación del nivel de actividad impactó en mayores niveles de recaudación. Por caso, la recaudación neta de derechos de exportación, creció en diciembre un punto en términos reales respecto del año anterior, el mayor aumento del año. El neteo de las retenciones se explica porque su recaudación fue extraordinaria en diciembre de 2019 (casi +300% interanual) dada la anticipación de pago que hicieron los productores ante el inminente aumento anunciado por el nuevo gobierno.
  • El  trabajo de ordenamiento fiscal del último trimestre comenzará a visibilizarse este año. A tal punto que Analytica estima que es posible llegar a un déficit de “sólo” 2,6% del PIB, que resultaría el más bajo para un gobierno peronista desde 2013. Es claro que un porcentaje de este orden estaría alineado con el target exigido por el FMI. Las condiciones básicas para llegar a este resultado son reducir prácticamente todo el gasto Covid-19 y adecuar el resto de las partidas a los números del presupuesto.
  • Bajar casi 4 puntos el déficit primario, de 6,5% a 2,6%, exige en lo principal retirar casi todas las erogaciones destinadas a atender la emergencia sanitaria. De los 3,7 puntos del PIB ejecutados en 2020, solo quedarían 0,6 puntos para la asistencia focalizada en la población más vulnerable, por caso los planes alimentarios. Para el gasto neto de Covid-19, el presupuesto proyecta un crecimiento real del 7%, que surge de estimar una inflación del 29%. Sin embargo, en el escenario proyectado por Analytica y el consenso del mercado, los precios aumentarán entre 45 y 50%, en efecto el gasto real caería en torno al 6,5%.
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