Informe: Pobreza y Consumo en Argentina | Política 3D

En el marco de la actualidad de la Argentina, y a través del último informe de la consultora Analytica, se revela un panorama preocupante para la economía argentina: el consumo no acompaña la reciente mejora de los ingresos, y la pobreza ha registrado un incremento significativo. El análisis, basado en datos de julio, muestra un escenario donde el crecimiento salarial y el crédito no logran reactivar el consumo, mientras la pobreza alcanza niveles alarmantes.

El consumo no acompaña la mejora de los ingresos

A pesar de que los salarios privados crecieron un 10,8% en términos reales desde abril y los salarios del sector público también mostraron una mejora del 2,6% en julio, el consumo en Argentina no ha mostrado una reacción positiva. Las ventas en supermercados se mantuvieron estables respecto a junio, con una ligera caída del 0,1% tras ajustar por estacionalidad. Sin embargo, en comparación interanual, las ventas cayeron un 12,3%, lo que indica una baja persistente en el consumo desde la significativa caída del 9,2% registrada en diciembre de 2022.

Los autoservicios, por su parte, registraron una disminución del 1% en sus ventas respecto a junio, acumulando una caída del 17% desde diciembre. Las ventas minoristas, medidas por la Confederación Argentina de la Mediana Empresa (CAME), también mostraron caídas mensuales consecutivas del 1,6% en julio y agosto, con un descenso total del 19,5% desde diciembre.

Este estancamiento del consumo ha sido acompañado por un leve repunte en los créditos con tarjeta, que crecieron un 8,4% en términos reales en julio. A pesar de esta mejora, el consumo continúa en niveles bajos, reflejando una desconexión entre la mejora de ingresos y el gasto de los hogares.

Cambio en la composición del gasto

Uno de los factores clave que explica esta disociación entre el aumento de ingresos y la falta de consumo es el crecimiento desproporcionado de los costos de los servicios básicos. Mientras que los salarios crecieron un 128,5% desde noviembre, los gastos en electricidad, gas y combustibles se incrementaron un 320,2%, mientras que los gastos en transporte público aumentaron un 252,6%.

Este aumento de los costos de servicios ha obligado a las familias a destinar una mayor proporción de sus ingresos a cubrir necesidades básicas, dejando menos margen para el consumo discrecional. Aunque el crédito con tarjeta ha evitado una caída aún mayor en el consumo, no ha sido suficiente para compensar el incremento de los costos de vida.

Aumento significativo de la pobreza

En paralelo, Argentina experimenta un aumento alarmante de la pobreza. Según los últimos datos, el 52,9% de la población se encuentra por debajo de la línea de pobreza, lo que representa un aumento de 11,2 puntos porcentuales en comparación con el semestre anterior. La indigencia, que afecta a quienes no pueden cubrir sus necesidades alimentarias, se sitúa en un preocupante 18,1%.

Este salto en la pobreza es el más alto registrado desde 2004, y afecta especialmente a los niños: el 67,1% de los menores de 18 años vive en la pobreza, y el 27,3% de ellos no tiene acceso a una alimentación adecuada. Las provincias del noreste argentino presentan las tasas más altas, con ciudades como Formosa y Resistencia alcanzando niveles del 67,6% y 76,2% de pobreza, respectivamente.

Desigualdad y empleo

Un aspecto distintivo de esta crisis es que, a diferencia de la salida de la convertibilidad en 2002, el aumento de la pobreza no está directamente vinculado a una caída masiva del empleo o del PIB. Aunque la tasa de desempleo aumentó en 1,9 puntos porcentuales desde noviembre, alcanzando el 7,6%, el mercado laboral no se ha desplomado. Sin embargo, el aumento de la pobreza se ha dado, en gran medida, entre personas con empleo, lo que evidencia la creciente precarización laboral.

El informe de la consultora Analytica, publicado por el medio Política 3D, refleja la complejidad del escenario económico de la Argentina, donde el crecimiento de ingresos no logra revertir el deterioro del poder adquisitivo ni la creciente desigualdad social.