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Informe Económico Semanal del Banco Ciudad: LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
Los datos de los precios mayoristas y costos de la construcción conocidos esta semana aportaron nuevas señales de desaceleración de la inflación. Más allá de esto, el BCRA aún se muestra cauto en el manejo de la política monetaria, a la espera de información que asegure una menor suba de precios de manera sostenida. Por otro lado, en la semana también se registró un avance importante en lo que tiene que ver con la cobertura de las necesidades de financiamiento del Tesoro Nacional. Se emitieron nuevas series de Letes en USD y también un nuevo título cuyo rendimiento se ajusta en función de la tasa de política monetaria que fija el Banco Central, elemento que apunta a descomprimir los esfuerzos de esterilización de la autoridad monetaria.
En lo que hace a la evolución de los precios mayoristas, la medición de mayo arrojó un alza de 0,9%, acumulando en los primeros 5 meses del año un incremento de 5,5%, el cual compara con uno de 23,2% en igual período de 2016. Como resultado, los precios mayoristas siguieron mostrando una pronunciada desaceleración en términos interanuales, con una variación de 15,3%, cerca de 20 puntos inferior a la de fines del año pasado (34,6%).
Por otra parte, el Índice de Costos de la Construcción (ICC) experimentó también una suba moderada, de 1,3% mensual, ya sin el efecto de los incrementos salariales que lo habían impulsado al 4,8% en abril. El rubro materiales subió 1,8%, más que los gastos generales (1,2%) y que el costo de la mano de obra (1%), pero manteniéndose en línea con su variación promedio de 2017 (1,7%).
En comparación con un año atrás, el ICC continuó desacelerándose hasta un 24,3% (vs. 33,6% en diciembre), siendo el rubro materiales el que muestra una menor variación interanual (19,7%), seguido por los costos de la mano de obra (24%) y, más lejos, los gastos generales (46%), estos últimos afectados por los cambios en las tarifas de energía.
En este contexto, en la reunión del Comité de Política Monetaria (COPOM) de esta semana, las autoridades del Banco Central optaron por mantener sin cambios su tasa de política, aguardando señales que indiquen una consolidación del proceso de desinflación, sosteniendo la tasa correspondiente al centro del corredor de “pases” del Banco Central en 26,25%.
Sin embargo, a diferencia de lo que venía ocurriendo hasta hace unas semanas, las tasas en el mercado secundario de Lebacs han comenzado a orientarse levemente a la baja. Para la letra que vence a mediados de julio, con un plazo remanente de 33 días, la tasa se ubicó en 25,30%, ligeramente por debajo del nivel alcanzado en la última licitación (25,50% para la letra a 35 días de plazo). Esto podría constituir el primer indicio de un giro en la dirección en que se moverían las tasas de interés (nominales), a fin de acompañar el retroceso que muestra (y que se espera que siga presentando) la inflación.
En el frente fiscal, el gobierno siguió avanzando esta semana en cubrir las necesidades de financiamiento para el año en curso. Por un lado, realizó una nueva licitación de Letes en dólares por la que obtuvo algo más de USD 1.400 millones, y en la que continuó estirando los plazos procurando desconcentrar sus futuros vencimientos. Se colocaron letras a un año y medio de plazo, en comparación con vencimientos de 3 a 6 meses, que eran la norma hasta hace poco tiempo.
Lo más destacado, de todos modos, pasó por la emisión de un nuevo título cuyo rendimiento se ajusta en función de la tasa de interés de referencia del BCRA. A través de este nuevo bono, con vencimiento en junio de 2020, el Tesoro logró captar $75.000 millones, a una tasa levemente inferior que la tasa de política monetaria (-48 puntos básicos) y similar a la de las LEBACs en el mercado secundario.
Diseñado para atraer a inversores institucionales locales con rendimientos equivalentes a los que ofrecen las Lebacs, la elección de este instrumento apunta a que el Tesoro pueda fondear en moneda local una mayor proporción de sus necesidades de financiamiento, a fin de aliviar al BCRA en su tarea de absorción monetaria. Pero más allá de ello, el monto obtenido (equivalente a unos USD 4.800 millones) también sirvió para completar buena parte de las necesidades de financiamiento que se pensaba cubrir con emisiones de deuda en el mercado local en 2017 (USD 14.000 millones), restando conseguir sólo USD 2.000 millones en la segunda mitad del año.
Por otra parte, para fines de junio el Ministerio de Finanzas anunció la emisión de un nuevo título denominado en Francos suizos, con el que lo emitido en el mercado externo en el primer semestre podría ascender a USD 7.800 millones, frente a un objetivo de USD 10.000 millones para todo 2017.
En suma, el gobierno estaría cerrando el primer semestre habiendo conseguido algo más del 80% de lo que pensaba financiar en los mercados de deuda locales e internacionales en el año, un dato no menor tratándose de uno de los ejercicios con vencimientos de deuda más abultados (fruto de la cancelación del Bonar 2017 por USD 7.200 millones), un elemento que ayuda a sumar certidumbre de cara al manejo de la política económica de los próximos meses.