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Informe Económico Semanal del Banco Ciudad: LA SEMANA EN POCAS PALABRAS
Ante un recrudecimiento de la volatilidad en los mercados globales, que se trasladó inicialmente a las cotizaciones de las acciones y los bonos locales, el mercado de cambios no se mantuvo al margen, situación que llevó al Tesoro y al Banco Central a incrementar transitoriamente el volumen de las subastas diarias de divisas, buscando estabilizar una plaza aún volátil. Por otro lado, se conocieron los datos de actividad económica correspondientes al mes de abril, en los que se vio plasmado el impacto de la sequía, aunque con la mayoría de los sectores todavía operando en terreno positivo en comparación con un año atrás. También se difundieron en la semana los números del balance de pagos del primer trimestre, los cuales mostraron un incremento del déficit de la Cuenta Corriente, situación que reflejó, sin embargo, el entorno macroeconómico imperante previo a los recientes movimientos cambiarios, los cuales se prevé que impacten en las cuentas externas en los próximos meses.
En el plano financiero, ante un contexto internacional que exhibe un grado creciente de indefiniciones, principalmente vinculado a la guerra comercial entre los países centrales y sus eventuales repercusiones sobre el crecimiento global, las acciones y bonos locales no estuvieron al margen de un proceso de “flight to quality” que gatilla salidas de fondos de mercados emergentes. En este marco, el índice Merval retrocedió 13,8% en la semana, al tiempo que la prima de riesgo de los bonos argentinos, medida por el índice EMBI+, se incrementó en 77 puntos básicos hasta los 612 puntos, amplificando la plaza local los movimientos globales y revirtiendo las mejoras de la semana previa, tras la aprobación del acuerdo con el FMI y la recategorización a economía emergente por parte de MSCI.
Con el correr de los días, los efectos de la mayor volatilidad externa también se dejaron sentir en el mercado de cambios, sumándose la demanda por cobertura que suele darse sobre finales de mes y la incertidumbre propia de un entorno macroeconómico local que aún tiene por delante importantes correcciones en los frentes fiscal y externo. Así, tras haberse ubicado en niveles de $27,02 por dólar al inicio de la semana, la divisa norteamericana pasó a cotizar el jueves por encima de los $28, situación que llevó al Tesoro a incrementar (transitoriamente) sus subastas diarias de divisas de USD 100 a 150 millones. El viernes, con la cotización tocando los $29, el Banco Central sumó una oferta adicional de USD 300 millones de sus reservas, en combinación con operaciones en el mercado de futuros. Esta mayor oferta pública logró hacer retroceder la cotización del dólar sobre el final de la jornada, que cerró en $28,85 a nivel mayorista, aunque acumulando un alza de 6,8% en la semana.
En lo que respecta a los datos de actividad agregada, el Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) del INDEC experimentó en abril un descenso de 2,7% (sin estacionalidad) en relación a marzo y de 0,9% en la comparación con un año atrás, si bien en el acumulado de los primeros cuatro meses de 2018 aún presentó un crecimiento de 2,4% en relación al mismo período de 2017.
El retroceso que experimentó el nivel de actividad durante abril se vinculó, en forma casi exclusiva, al comportamiento del sector agropecuario, que afectado por la sequía se contrajo 30,8% en términos interanuales, con una incidencia sobre el índice general de -3,8 puntos porcentuales. Si bien el sector del transporte también presentó una variación negativa (-0,8% i.a.) por su vinculación con la actividad agrícola, 12 de los 15 sectores de actividad relevados se mantuvieron en terreno positivo, con alzas importantes en Construcción (10,2%) e Intermediación financiera (9,4%). De hecho, aislando el efecto de la sequía, el resto de los sectores evidenciaron un incremento promedio de 2,9% interanual, reflejo de un crecimiento que al mes de abril se mostraba sectorialmente difundido.
Por otro lado, en lo que hace a los datos del balance de pagos, el déficit de la Cuenta Corriente presentó un incremento de USD 2.465 millones respecto a igual período de 2017. El mayor deterioro provino de la cuenta de bienes, con un déficit de USD 1.762 millones, seguido por el déficit de la cuenta servicios, impulsado por el saldo negativo correspondiente a viajes (-USD 2.425 millones). Fruto de las colocaciones de deuda del gobierno nacional, el saldo negativo de la Cuenta Corriente pudo ser financiado a partir de un superávit en la Cuenta Capital y financiera, que permitió también incrementar las reservas internacionales del Banco Central en USD 6.153 millones durante los primeros 3 meses de 2018.
Ahora bien, el nuevo entorno macroeconómico derivado de las recientes correcciones cambiarias, se prevé que tenga un efecto sobre los números del sector externo, en línea con las proyecciones en las que se centra el reciente acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI), el cual contempla una reducción en el déficit de Cuenta Corriente de 4,8% del PIB en 2017 a 3,6% en 2018.
En suma, mientras se corrigen los desequilibrios estructurales de la economía doméstica, los movimientos observados en los mercados financieros globales siguen impactando de manera amplificada a escala local, pese a recientes noticias positivas. En este marco, desde el gobierno se ha comenzado a reforzar el mensaje de cumplimiento de los objetivos trazados para reducir el déficit fiscal y las necesidades de financiamiento, a los fines de acotar la vulnerabilidad externa, además de mantenerse transitoriamente un accionar más decidido en el mercado de cambios tendiente a evitar una volatilidad excesiva, dos elementos clave para recomponer la confianza y recuperar la iniciativa.