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Editorial: Economista, Martín Tetaz: Pánico

Por Martín Tetaz

Para la RAE, el pánico es un miedo muy intenso y manifiesto, especialmente el que sobrecoge repentinamente a un colectivo en situación de peligro. Ese temor puede manifestarse de múltiples formas, pero como según muchos especialistas, en este caso está sobredimensionado, me resulta de mayor interés ver que pasa en el mundo de las apuestas, en donde la gente pone la plata en el mismo lugar que la boca; o sea: en el mercado.

En condiciones normales en las que las expectativas no influyen en el resultado; el mercado resume el consenso de las opiniones informadas, ponderado por los montos de las apuestas sobre cada uno de los escenarios posibles. La semana pasada Deontay Wilder era favorito en las apuestas sobre Tyson Fury, en la pelea por el título de los pesados, pero el inglés venció al norteamericano por KO técnico en el séptimo asalto, lo cual nos enseña dos cosas; los mercados también se equivocan y las apuestas no inciden en el resultado.

Pero lo que está pasando con la fiebre del coronavirus es mas parecido al concurso de belleza de Keynes. El inglés explicaba en la Teoría General el modo en que se elegían las acciones; “la inversión por profesionales puede compararse a esos concursos de los periódicos en que los concursantes tienen que seleccionar las seis caras mas bonitas entre un centenar de fotografías, ganando el premio aquel competidor cuya selección corresponda más aproximadamente al promedio de las preferencias de los competidores en conjunto; de tal manera que cada concursante ha de elegir, no los semblantes que él mismo considere mas bonitos, sino los que crea que serán más del agrado de los demas concursantes, todos los cuales observan el problema desde el mismo punto de vista”.

La moraleja es que poco importa si el miedo está exagerado o si el panico se asienta en datos objetivos. Mi primera reacción con los escepticos sobre el peligro de la epidemia fue “compren muchachos; hagan sus apuestas”, pero si el mercado sobrereacciona a escala global, la contraccion de los flujos se puede llevar puestas a varias economías emergentes y producirse una suerte de profecía autocumplida; una estampida, originada quizas en un panico injustificado, que aplasta a la gente en su huida.

Para muestra basta un botón; el Dow Jones se derrumbó 12,5% en la semana, mientras que el índice FTSE100 que reune a las empresas mas importantes de Europa cayó 11,2%, en la corrección mas grande del mercado desde el 2008.

Los commodities acompañaron la depresión global; el petróleo perdió casi 9 dólares (un 16,8%) y no se salvó ni el oro, que termino la semana cediendo 3,4%. Todo el dinero del mundo fue a buscar refugio en los bonos del tesoro americano; el de 10 años terminó rindiendo 1,16% que es el valor mas bajo de su historia pero la demanda estuvo firme para todas las maturities.

Pero los datos de la economía real podrían estar mostrando que el pesimismo de los mercados en una de esas se queda corto. El viernes supimos que el índice de producción manufacturero de China se hundió al nivel mas bajo de su historia, incluso más de los que había caido en la crisis del 2009. Para tener una idea; el PMI que está estable en un nivel de 50, derrapó hasta 35,7 en la producción de manufacturas y la hecatombe fue incluso peor en los servicios, donde el ínidice colapsó hasta 29,6 siendo que nunca había mostrado una contraccion (índice por debajo de 50) en su historia; ni siquiera en la crisis del 2009.

En ese contexto, la caída en el precio de los commodities que exportamos puede ser mas grande y el impacto más fuerte, tanto por el canal comercial directo, como indirectamente por el arrastre que sufra Brasil, donde las exportaciones vienen de caer 20% en enero, haciendo saltar el real al mínimo histórico de 4,50 por dólar (cerró a 4,47).

A esto hay que sumarle el impacto en el canal financiero. Esta semana vimos la salida de fondos más grande de los últimos años en los mercados emergentes y por el vuelo a calidad de los inversores saltó también el riesgo país.

¿Qué pasa en nuestro país?

En el terreno local continua la incertidumbre por la reestructuración de la deuda externa y se suman dudas sobre la deuda en pesos. El fondo monetario vuelve al país para apurar el nuevo acuerdo y no se puede descartar una reprogramación de los plazos de la reestructuración (la ReRe), porque los tiempos están muy justos para conseguir que el FMI se expida antes de que la oferta final del gobierno a los acreedores esté sobre la mesa.

El frente externo se le complicó al país por el impacto del corona virus, tanto a través del canal financiero, porque los fondos globales huyen de emergentes buscando calidad, como por el canal comercial, porque el cierre de China le pega a los mercados de commodities que Argentina exporta, pero también porque noquea por esos dos canales a nuestro principal socio comercial, generando efectos de segundo orden, como la caída en nuestras exportaciones a Brasil y la devaluación del Real. Para tener una idea, el tipo de cambio real bilateral entre el Real y el Peso se deterioró 11% en lo que va del año, esencialmente por el derrumbe del Real y a pesar de que el BCRA dejó correr el dólar $2,36 en el mismo lapso. La autoridad monetaria cierra el mes con ventas en torno de 500 millones y si la incertidumbre global sigue golpeando al Real, pegándoles a la soja y aspirando fondos de emergentes, tendrá que conceder una devaluación mayor, porque para cumplir el objetivo Guzmán necesita volver a comprar divisas.

Las definiciones de políticas concretas en lo económico, mas allá de lo mencionado.

Entre tantos golpes externos, no hay mal que por bien no venga, porque el derrumbe del petróleo le permite converger a los precios internacionales sin impacto en la inflación local y recuperando una señal clave para las inversiones en Vaca Muerta. Más aún; el precio del petróleo Brent en pesos aumentó un 15,2% desde la primera semana de agosto, cuando el congelamiento en el precio de los combustibles y el petróleo no se había implementado aun, pero las naftas subieron 20% desde entonces.

Finalmente, el dato que sumó preocupación esta semana fue el de las cuentas fiscales de enero, porque el Hacienda mostró un déficit primario de 3766 millones y cortó una racha de 30 meses consecutivos de consolidación fiscal, en los que los ingresos aumentaban más que los gastos. Es cierto que el rojo obedece a los 22.000 millones trasferidos a los jubilados con el bono de enero, que no estará en febrero y que en marzo empieza a operar el ajuste que ahorró un 1,7% de la masa de gasto de las seguridad social y también es verdad que en los últimos meses del año pasado se adelantaron liquidaciones del campo que pinchan ahora los ingresos por retenciones, pero no deja de ser cierto que enero es el mes mas holgado en términos fiscales, porque se pagan sueldos viejos con ingresos nuevos, a punto tal que hay que retroceder hasta enero del 2015 para en encontrar un rojo en las cuentas públicas.

El domingo, el Presidente anunció en la apertura de sesiones del Congreso, que finalmente habrá aumento de retenciones con exclusividad para la soja.

El otro anunció importante fue la confirmación del envio al congreso de la Ley Vaca Muerta, con condiciones especiales para las inversiones en el sector, aunque no trascendió si la norma contemplará un tratamiento especial en materia cambiaria, que permita al sector remesar utilidades y hacer sus inversiones al tipo de cambio del contado con liquidación.

Los anuncios abundaron en incoherencias, como la condena a la deuda y la declaración simultanea de no ajustar, como si la deuda no fuera consecuencia del déficit, al tiempo que escasearon.

Dólar y tasas

El dólar oficial estuvo bajo presión en la semana, con un BCRA vendedor que solo convalidó una suba de 37 centavos, por lo que la presión del viernes terminó canalizandose por el contado con liquidación que volvió al terreno de los $82 y disparó nuevamente la brecha.

La tasa de política monetaria se mantuvo en el piso del 40% (48,29 efectiva) y continuó la presión a la baja de las tasas pasivas que pagan los bancos, por los plazos fijos, que cedieron 81 puntos básicos y cerraron en 30,51% que contrasta con el 36,9 TNA que subió el dólar en el mes. Es cierto que hay cepo y que en todo caso la tasa, más que mirar hacia atrás, debería compensar en todo caso la devaluación esperada, pero sobre todo en el contexto internacional actual es difícil pensar que la devaluación de marzo sea menor que lo que fue en febrero. Mas bien la incertidumbre hace saltar entera la curva del trade off entre tasas y dólar, con lo que deberíamos ver una suba de ambas variables, o perdida de reservas del central si demora la corrección.

Las tasas activas por su parte cayeron 177 puntos básicos para los adelantos a empresas, cerrando en 40,46% y solo 151 puntos en los prestamos personales que quedaron en 61,44% y van a tener presión a la baja esta semana porque entra en vigencia el tope de 55% a la tasa de financiamiento de las tarjetas y los personales tienen incluso menos riesgo.

Resultado Fiscal

Se cortó una racha de 30 meses consecutivos de consolidación fiscal, en que los ingresos crecían más que el aumento de los gastos primarios, pero es posible que se deba al gasto extraordinario del bono a jubilados de enero. El dato de ingresos tributarios de febrero, que se conocerá esta semana será clave para ver si hay recuperación de los mismos o si siguen creciendo al 40% como lo hicieron en enero, muy por debajo de la inflación.

El ajuste efectuado en jubilaciones, por su parte, modera el crecimiento del déficit de marzo en adelante, pero de todos modos el gasto de la ANSES sube nominalmente, aunque lo haga por debajo de la inflación, de modo que la clave pasa a ser que la recaudación haga pie y alcance al menos nominalmente el ritmo de expansión del PBI corriente.

Actividad Económica

En enero la economía cayó 2,9% interanual según el registro de Orlando Ferreres, pero se mantuvo sin cambios en la medición sin estacionalidad, respecto de diciembre, lo que sugiere que se detuvo la caída.

Salarios

La semana pasada se conoció el cierre de los salarios que en 2019 crecieron 40,9% en promedio, pero con mucha heterogeneidad, porque mientras que en el terreno de los registrados del sector privado hubo aumentos del 44,3% entre los que están en negro solo ajustaron 29,5%

En términos reales, los formales privados tuvieron una caída del 5,8% que contrasta con el 15,5% que perdieron de capacidad adquisitiva los informales

Ventas minoristas

Según el INDEC en diciembre volvió a acelerarse la caída en el consumo masivo puesto que en los supermercados cayó 6,3% la facturación en términos reales.

Por otro lado, podemos conjeturar por la medición de CAME que continuó mostrando una caída (3,5%) en enero, que el panorama del consumo no mejoró en el primer mes del año, aunque las muestras no son estrictamente comparables

Consumo de Durables e índice de precio de autos

Con un aumento promedio del 81,5% en el precio de los cero kilómetro y la caída del salario real en el sector formal de la economía, febrero no sorprendió y la venta de autos cayó 32% en el peor febrero en 15 años para el sector.

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