Como respuesta a un informe de la gestión actual del Banco Central sobre el endeudamiento del período 2015-2019, los economistas del PRO elaboraron varios comentarios con argumentos donde pusieron de relieve a la importancia del respeto a las Instituciones, también se refirieron a los desequilibrios históricos de la economía argentina y a la “fuga de capitales”.
DOCUMENTO ECONÓMICO DEL PRO
Cuidemos las instituciones. Es inusual, aun en nuestro país, un documento tan militante por parte de un banco central. Parece otro paso más en la arbitrariedad institucional de los últimos meses.
«Fuga de capitales» es un concepto político y conspirativo para algo mucho más simple, la Formación de Activos Externos (FAE), que muestra cada activo en pesos que pasa a dólares, como cuando alguien compra dólares por homebanking. La razón por la cual los argentinos eligen no ahorrar en pesos es que nuestra economía no tiene una moneda sana. Desde hace décadas. Es una consecuencia de haber castigado durante años a quien ahorraba en pesos con inflación, tasas negativas, cepos y confiscaciones.
Una moneda sana. Con cuentas fiscales equilibradas podremos tener una moneda sana y no habrá más «fuga», porque el ahorrista confiará en el peso. Es un proceso largo, que excede a un mandato presidencial y necesita un consenso político: no más déficits insostenibles.
Con Cristina, la misma «fuga». El informe esconde que en 2008-2011 se “fugaron” más de 70.000 millones de dólares, cifra similar a la de 2015-2019. No hay datos públicos para saber cuántos argentinos participaron, pero probablemente también fueron millones.
Ningún gobierno se endeuda porque si. Algo llamativo del informe es que en 33 páginas no menciona al déficit. Esta disociación entre deuda y déficit es alienante y peligrosa. La única manera sana de no tomar deuda es eliminar el déficit fiscal.
Una historia de desequilibrios. Argentina tuvo déficit fiscal en 143 de los últimos 155 años. En los últimos 50 años el promedio anual fue de 3,5% del PBI. Los déficits fiscales no son patrimonio de un gobierno, pero no todos los gobiernos son iguales. Entre 2003 y 2015 desperdiciamos de un superávit importante para llegar a un déficit primario insostenible de cerca del 5% del PBI. En 2015-2019, con un gran esfuerzo de todos los argentinos, llegamos casi al equilibrio (-0,5%).
Dos de cada tres dólares de deuda de 2015-2019 fueron a pagar deudas anteriores. Se emitió deuda por US$275.000 millones, de los cuales US$195.000 millones cancelaron deudas heredadas. El resto se usó para pagar el déficit, incluyendo jubilaciones y salarios.
Millones participaron de la «fuga». El informe enfatiza que la “fuga” estuvo concentrada en pocas empresas y personas. Pero en 2015-2019 más de 5,5 millones de argentinos participaron de la “fuga”. Es decir, compraron dólares legalmente.
