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Ciudad de Buenos Aires: Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

A comienzos de esta semana, el Banco Central anunció nuevas medidas para acotar la volatilidad que venía mostrando la cotización del dólar, siendo la más relevante la decisión de habilitar intervenciones discrecionales en el mercado de cambios dentro de lo que previamente se había definido como Zona de No Intervención (ZNI). Si bien el nuevo esquema aún cuenta con pocos días como para evaluar su efectividad, resultó suficiente para alterar las expectativas, induciendo un descenso en la cotización de la divisa y una menor volatilidad, al retirar las restricciones que pesaban sobre el accionar de la autoridad monetaria con las anteriores bandas cambiarias. En paralelo, esta semana se conoció el dato de actividad agregada del mes de febrero, que volvió a reflejar una leve mejora en el margen, en línea con lo que anticipaban los indicadores de producción industrial y construcción. Adicionalmente, si bien marzo no habría sido un buen mes en términos del nivel de actividad, las cifras de la recaudación tributaria de abril evidenciaron una evolución favorable de los impuestos vinculados a la economía real, dando una señal positiva en el cuarto mes del año.

En relación a las medidas que anunció el Banco Central, el cambio más significativo tuvo que ver, como se señaló, con la posibilidad de que la autoridad monetaria pueda vender divisas en el mercado antes de que la cotización del dólar llegue a $51,45, el límite superior de lo que anteriormente se había definido como ZNI, con montos y frecuencias que dependerán de la dinámica del mercado. Esta medida, que brinda mayor discrecionalidad, resultaba esencial para restarle volatilidad al tipo de cambio, ya que bajo el esquema previo la cotización podía subir más de 15% desde los niveles actuales antes que el BCRA tuviera oportunidad de intervenir directamente en el mercado.

También se amplió de USD150 a USD250 millones la venta diaria de divisas preanunciada en caso que el tipo de cambio supere el mencionado valor de $51,45, a la vez que, si ello no fuera suficiente, el Banco Central se reserva la posibilidad de realizar intervenciones adicionales ante episodios de excesiva volatilidad. En todos los casos, los pesos absorbidos por estas ventas se restarán de la meta de Base Monetaria, por lo que toda intervención en el mercado de cambios vendrá asociada a una mayor contracción de las condiciones monetarias. De esta forma, en períodos de volatilidad prolongada, la absorción de pesos también resultaría significativa.

El tipo de cambio reaccionó de forma positiva a las medidas, alterando su tendencia ascendente sin necesidad de que el BCRA intervenga en el mercado, retrocediendo sólo con la oferta de dólares del sector agrícola y las subastas de USD 60 millones diarios del Tesoro. Después de haber subido la semana anterior hasta un pico de $46,60 en el mercado mayorista, este lunes, tras los anuncios, la cotización descendió hasta $44,67, culminando la semana en $44,40, con una baja acumulada de $1,6 respecto del cierre del viernes anterior (-3,4%). En paralelo, la tasa de interés de referencia volvió a incrementarse, aunque de forma más leve, culminando la semana en 73,77%, 2 puntos porcentuales por arriba del viernes previo.

Por otro lado, en lo que tiene que ver con los datos de actividad, la economía continuó recortando su caída interanual durante febrero, recuperándose en el margen por tercer mes consecutivo. El Estimador Mensual de Actividad Económica (EMAE) registró un alza de 0,2% en su medición sin estacionalidad (s.e.) frente a enero, acumulando una mejora de 1,7% desde sus mínimos de noviembre pasado. Se espera que este primer trimestre cierre levemente al alza en comparación con el último cuarto de 2018, cuando la actividad agregada habría tocado un piso. En cuanto a su comparación interanual, el EMAE recortó su baja a 4,8% en febrero, la cual compara con un descenso de 5,3% promedio en los primeros dos meses del año.

Los datos de recaudación de abril también presentaron una evolución positiva. La recaudación se incrementó un 51,3%, con una aceleración significativa respecto al dato de marzo, acercándose más a las variaciones que muestra el nivel general de precios. Al igual que en meses previos, sobresalió la evolución de los derechos de exportación, que crecieron un 171%, a lo que se sumó también un incremento de 75% en la recaudación del impuesto a las ganancias, favorecida por el revalúo fiscal, entre otros factores puntuales. Se destacó, además, el avance en los tributos ligados al nivel de actividad, habiendo experimentado tanto el IVA-DGI como el impuesto a los débitos y créditos una mejora de 55%, dato que se muestra más en línea con la evolución que viene marcando la inflación, tras varios meses de importantes caídas medidas en términos reales.

En suma, aunque aún resulta prematuro evaluar su efectividad, las mayores herramientas con las que cuenta ahora el BCRA para acotar fluctuaciones excesivas en la cotización de la divisa, se han mostrado suficientes para estabilizar el valor del dólar en su primera semana de vigencia, reforzando un esquema que hasta ahora se recostaba exclusivamente en el control de los agregados monetarios. Se trata de una buena señal que, en la medida que aliente mayores liquidaciones del sector agroexportador (en abril crecieron 39% i.a.) y logre estabilizar el mercado cambiario en el corto plazo sin necesidad de intervenciones del BCRA, podría ayudar moderar las presiones inflacionarias y consolidar la estabilización que muestran los indicadores del nivel de actividad, además de encarar con mayor poder de fuego la contienda electoral.

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