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Gastar con Tarjeta de Crédito: ¿Culpa o satisfacción? | Política 3D

Conocé en Política 3D por qué la gente siente menos culpa al gastar con tarjeta de crédito que con efectivo. Análisis psicológico.

Política 3D – En el marco de la actualidad porteña, en la Ciudad de Buenos Aires, como en muchas grandes urbes del mundo, el uso de las tarjetas de crédito y débito ha superado ampliamente al efectivo. Este cambio no solo ha transformado los hábitos de consumo, sino también la psicología detrás de nuestras decisiones de compra. Según diversos estudios de neuroeconomía y psicología del consumo, pagar con tarjeta genera una sensación de menor culpa en comparación con el uso de dinero en efectivo. ¿Por qué ocurre esto? Política 3D investigó los mecanismos mentales que nos llevan a gastar más cuando usamos tarjetas.

El “dolor de pagar”: La percepción tangible del dinero

Uno de los conceptos centrales es el «dolor de pagar», una sensación emocional que surge al entregar dinero a cambio de un bien o servicio. Cuando pagamos en efectivo, esta sensación es más intensa: vemos desaparecer físicamente nuestros billetes, lo que activa regiones cerebrales asociadas a la aversión a la pérdida. Estudios realizados por investigadores de la Universidad de Stanford indican que el cerebro reacciona al pago en efectivo de forma similar a una pérdida física. En cambio, al usar una tarjeta, este dolor se amortigua, ya que la transacción es menos visible y más abstracta.

La ilusión de “no haber gastado”

Pagar con tarjeta crea una desconexión entre el acto de compra y la conciencia del gasto. Como el objeto (la tarjeta) no se ve afectado físicamente, el consumidor puede experimentar una falsa sensación de que no está perdiendo dinero. Esta ilusión psicológica favorece las decisiones impulsivas y reduce la culpa post-compra. En la Ciudad de Buenos Aires, el fenómeno se observa especialmente en sectores como la gastronomía y el entretenimiento, donde el gasto con tarjeta de crédito se ha incrementado más del 30% en el último año, según datos del Banco Central.

Dopamina y recompensa inmediata

La neurociencia también aporta claves importantes. El uso de las tarjetas puede generar una liberación de dopamina, neurotransmisor asociado al placer y la recompensa. Esta respuesta química motiva al cerebro a repetir la conducta, lo que explica por qué es más probable gastar más con tarjeta. En cambio, el efectivo genera una sensación inmediata de pérdida, reduciendo esa respuesta placentera.

Abstracción del dinero y control financiero

Las tarjetas permiten una percepción abstracta del dinero. A diferencia del efectivo, cuyo límite es físico, las tarjetas permiten comprar aunque no se tenga el dinero disponible en el momento. Sin embargo, ofrecen también herramientas de control, como aplicaciones que monitorean gastos en tiempo real. Con respecto a este tema, un especialista en finanzas afirmó a Política 3D: «Esta funcionalidad, usada responsablemente, puede contrarrestar la tendencia al gasto excesivo», aseveró.

Digitalización Financiera

La forma en que pagamos tiene un impacto directo en nuestras emociones y decisiones de consumo. En la Ciudad de Buenos Aires, donde la digitalización financiera avanza rápidamente, entender estos mecanismos puede ayudar a tomar decisiones más conscientes. Desde Política 3D invitamos a reflexionar: ¿estamos gastando más porque lo necesitamos o porque la tarjeta lo hace parecer más fácil?

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