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Clínicas Privadas en Buenos Aires al Borde del Colapso – Política 3D
Las clínicas privadas en Buenos Aires atraviesan una crisis sin precedentes. Política 3D revela cómo la falta de apoyo y la economía amenazan con derrumbar el sector de la salud.
En el marco de la actualidad porteña, las clínicas privadas en la Ciudad de Buenos Aires atraviesan una de las situaciones más críticas de su historia reciente. A pesar de que este sector representa una parte significativa del sistema de salud de la región, atendiendo a millones de pacientes, los costos crecientes, la falta de insumos y el complicado panorama económico están llevando a muchos de estos establecimientos al borde del colapso.
La Crisis del Sector: Un Panorama Incierto
El sector de la salud privada está viviendo un momento «crítico» en Argentina. Las clínicas y sanatorios enfrentan una disminución en la previsibilidad económica, que pone en peligro su sostenibilidad. La liberalización de los precios de los insumos y el aumento de los costos fijos son algunas de las principales razones de esta situación. Además, las clínicas están luchando por cubrir los aumentos salariales y la creciente demanda de servicios médicos. La falta de apoyo gubernamental y el aumento de los costos operativos han llevado a que muchas de ellas reduzcan sus servicios, lo que afecta la atención de miles de pacientes.
El Dr. Norberto Petraglia, titular de la Clínica La Pequeña Familia, aseveró que para el sector de la medicina privada y las prepagas es el peor momento que se recuerde, incluso superior a lo vivido sobre fines de 2001 o mediados de 2002. «Es muy complejo lo que pasa y nos encuentra con una institución cada vez más grande, con mucho personal dependiendo de nosotros y con una estructura de prestaciones de alta complejidad. Es crítico lo que ocurre desde todo punto de vista», enfatizó, y agregó: «Hay que mantener personal y cubrir servicios en el medio de un país que viene de una casi hiperinflación, que ahora se está tratando de bajar, pero con mucha recesión y además los financiadores, las obras sociales y prepagas no están pasando una buena situación, la gente no está pasando una buena situación porque no le alcanza el dinero», amplió.
«En nuestro caso somos dependientes del IOMA y esa obra social provincial está en una situación compleja. Es todo una conjunción de factores. Estoy de acuerdo en que el Estado no tiene que ser intervencionista pero tendría que existir un reordenamiento del financiamiento de las obras sociales y prepagas porque en los últimos años se han agregado otros servicios que cubrir. Los únicos que se salvan y siempre caen parados es la industria farmacéutica», remarcó.
El Papel del Gobierno y las Obras Sociales
El sector de la salud privada ha expresado su preocupación por la falta de diálogo con el Gobierno y las obras sociales, como el IOMA, que enfrenta serias dificultades operativas. A pesar de contar con un presupuesto millonario, este organismo no ha logrado resolver los problemas de cobertura y los conflictos con los prestadores de salud. La rotura de convenios con clínicas privadas están provocando protestas y amparos colectivos en varios municipios de la provincia de Buenos Aires, como Navarro, Olavarría y Mar del Plata.
El Futuro del Sector Privado de Salud
La crisis del sector privado de salud en Buenos Aires podría tener graves repercusiones para el futuro de las clínicas privadas, que juegan un papel esencial en el sistema sanitario del país. Sin una reestructuración del sistema de financiamiento y una mayor colaboración con el Gobierno, es probable que muchas de estas instituciones enfrenten serias dificultades para continuar prestando servicios de calidad a la población. Es urgente que se tomen medidas para evitar un colapso del sistema y garantizar el acceso a la salud para todos los ciudadanos.
La Urgencia de un Cambio
La situación actual de las clínicas privadas en Buenos Aires es alarmante. La crisis económica está poniendo en riesgo la viabilidad de muchas instituciones de salud. Las autoridades deberán abordar estos desafíos con urgencia, para evitar que el sistema de salud privado se vea gravemente afectado, lo que podría comprometer la atención de miles de pacientes.