Alberto Fernández, un presidente limitado que llevó a millones de argentinos a sufrir hambre

Desde su asunción como presidente de la Argentina, Alberto Fernández ha demostrado una serie de fracasos que han dejado a gran parte de la población del país sumida en una profunda crisis económica que generó un aumento del hambre en millones de argentinos. A pesar de las promesas de cambio y progreso, su gestión ha sido marcada por la falta de decisiones efectivas, la ineficiencia en la gestión y la incapacidad para abordar los problemas más acuciantes del país.

Uno de los fracasos más evidentes del presidente Alberto Fernández ha sido su incapacidad para manejar la crisis económica que atraviesa el país. A pesar de su promesa de combatir la inflación, los resultados han sido muy malos. La inflación se ha disparado, erosionando el poder adquisitivo de los argentinos y generando un clima de incertidumbre económica. Las medidas tomadas por el gobierno, como los controles de precios y el aumento de impuestos, han demostrado ser ineficaces y han contribuido aún más al deterioro económico.

A su vez, la gestión de la pandemia de COVID-19 también ha sido un claro fracaso para el presidente Fernández. A pesar de imponer una de las cuarentenas más prolongadas y estrictas del mundo, el país ha experimentado altos índices de contagio y mortalidad. La falta de una estrategia clara y coherente para contener la propagación del virus, así como la demora en la compra de vacunas, han llevado a una situación crítica en el sistema de salud y han dejado en evidencia la falta de planificación y coordinación en la respuesta del gobierno. Además, el presidente Alberto Fernández participó de la fiesta de Olivos el 14 de julio de 2020, en medio de las restricciones por la pandemia y a pesar de que oficialmente habían anunciado un festejo virtual, la primera dama Fabiola Yañez organizó una fiesta con Alberto Fernández y un grupo de amigos dentro de la quinta presidencial de Olivos. A partir de ese escándalo el presidente Alberto Fernández perdió toda credibilidad. Además, el mandatario argentino permitió que funcione un «Vacunatorio VIP” para que amigos y funcionarios del Gobierno Nacional, que no estaban en la lista de personas prioritarias, se pudieran vacunar en momentos en los cuales había personal médico y personas mayores que se encontraban en lista de espera para vacunarse. Además, hace unos días la jueza federal María Eugenia Capuchetti citó a indagatoria para el 10 de julio al ex ministro de Salud del cuarto gobierno kirchnerista, Ginés González García, acusado de los delitos de peculado y abuso de autoridad, por haber ordenado que funcione el “Vacunatorio VIP”.

Al mismo tiempo, la polarización política y la falta de diálogo han sido características prominentes de la presidencia de Alberto Fernández. En lugar de buscar consensos y construir puentes entre los diferentes sectores de la sociedad, el presidente argentino ha optado por una retórica confrontativa y divisionista, profundizando las grietas existentes en el país. Esto ha dificultado aún más la búsqueda de soluciones a los problemas y ha debilitado la gobernabilidad.

El presidente Alberto Fernández ha acumulado una serie de fracasos en su mandato que han llevado a un creciente descontento en la población argentina. Su falta de liderazgo, la ineficiencia en la gestión económica y la mala gestión de la pandemia han dejado en evidencia sus limitaciones como gobernante.