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Economista, Martín Tetaz: Al mercado le gusta la solidaridad

Por Martín Tetaz:

Luego de la promulgación de la Ley de emergencia los mercados financieros festejaron, con las acciones subiendo 7,8% en la semana y los bonos en sintonía (AY24 7,6%; AO20 3,2%) con particular boom de los papeles en pesos (TO21 16,7%). En consecuencia, el riesgo país, que había cerrado la semana anterior a 1.909, termino en 1.771, con una caída del 7,2%.

Algún lector distraído podría pensar que después de todo se trata de la reacción ante el componente “reactivador” de la nueva norma que reparte subsidios, garantizando un piso jubilatorio de $19.068 para todos los jubilados en diciembre y enero, al tiempo que refuerza las asignaciones universales por hijo (AUH) en $2000 y distribuye cerca de $50.000 millones en tarjetas alimentarias. Pero según un informe del IARAF, todos esos beneficios suman 0,3% del PBI, mientras que los aumentos de impuestos (retenciones, dólar turista, bienes personales) ascienden a más del triple (1% del producto).

Pero además las versiones sobre un aumento de suma fija en las jubilaciones durante marzo y la inminencia de una nueva fórmula que limite hacia delante los aumentos a lo que suceda con la inflación, desconociendo la inflación pasada, nos hacen pensar que el ajuste será mucho mayor porque, según los cálculos de Elypsis, podría reducir el aumento de beneficios previsionales entre puntas, del 52% bajo la actual formula de movilidad, al 42% con la nueva regla.

Queda la incógnita del costo fiscal que eventualmente pueda tener el congelamiento de tarifas, sobre todo en transporte, donde será difícil que el Estado evite que la diferencia con los costos no sea cubierta con mayores subsidios, pero en conjunto el mercado leyó la Ley como un fenomenal ajuste, que además fue políticamente digerido con mucha menor conflictividad que por ejemplo la reforma previsional del 2017.

Overshooting

La otra parte de la mejora en la cotización de bonos y acciones tiene que ver que el mercado ahora remonta el barrilete que había dejado ir, sobre reaccionando como siempre lo hace, al peor escenario del efecto “vuelve Cristina”.

Si el derrumbe del 12A descontaba default y congelamiento de precios, con expansión del gasto y financiamiento del mayor déficit con emisión monetaria, la elección de Guzmán como ministro y el ajuste de la ley de emergencia son una demostración de que no habrá tanta heterodoxia, sino más bien una ortodoxia heterodoxa, si se me permite el oxímoron.

Habrá que ver ahora, al plan caminar, cuando le toque mover a las negras. ¿Qué pasará con las decisiones de inversión y contratación de trabajadores a partir de los precios puestos por decreto desde el Ejecutivo? ¿Qué reacción habrá en el mercado de trabajo a la doble indemnización y a los aumentos por decreto? ¿Cómo reaccionará el campo a las nuevas retenciones? ¿De qué magnitud será la repatriación de fondos incentivada con la posibilidad de esquivar el 2,25% del impuesto a los bienes personales? ¿Cuál será la elasticidad del turismo al 30% de aumento? Esas decisiones determinarán el impacto del paquete de medidas en la recaudación, en el resultado externo y consecuentemente en el precio del dólar.

Mi impresión es que el efecto neto de todo esto es contractivo. No veo ningún incentivo a invertir y producir más. Sin embargo, soy optimista si el gobierno logra canjear con éxito su deuda y la reacción de los mercados esta semana demuestra que los que ponen la plata donde ponen la boca apuestan en ese sentido. Mi expectativa es que los 20.000 millones de dólares que se atesoraron en los últimos 18 meses, por encima del nivel promedio de compra de divisas del 2017, puedan volver al sistema, volcándose al consumo y a la inversión si se despeja esa incertidumbre.

Con las cuentas públicas en orden y el frente financiero despejado, habrá que resolver la cuestión del dólar. No es posible imaginar que la gente se desdolarice si en el camino pagan un impuesto del 30%, porque nadie venderá a $60 lo que hoy vale $82. O se converge a un dólar financiero libre, o se toma el dólar a $82 en la economía real.

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