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Ciudad de Buenos Aires: Informe Económico Semanal del Banco Ciudad

En un año en el que pesa la incertidumbre que trae aparejado el proceso electoral, la cotización del dólar a nivel local continuó amplificando los movimientos de esta moneda a escala global. Esta mayor volatilidad, sin embargo, se da en un contexto en el que se ha producido ya un giro hacia el superávit de la balanza comercial, y un claro recorte del déficit de cuenta corriente del balance de pagos, observándose estructuralmente un mayor equilibrio entre la oferta y demanda de divisas. Por otra parte, esta semana se dieron a conocer nuevos datos de actividad agregada que abonan la idea de que la economía habría dejado de contraerse en el comienzo de este año, aunque la retracción de la actividad y la caída del salario real durante el año pasado se vieron reflejados en los indicadores de pobreza e indigencia correspondiente al segundo semestre de 2018, los cuales revirtieron los avances verificados previamente.

En lo que hace a la evolución del mercado de cambios, la cotización del dólar llegó a tocar esta semana un máximo de $43,9 a nivel mayorista, en un marco de mayor volatilidad de las monedas emergentes y otros activos de riesgo, ante renovadas preocupaciones sobre la salud de la economía global. Con el correr de la semana, la cotización mostró un retroceso desde su máximo del día miércoles, a partir de una mayor tranquilidad en el exterior y medidas tomadas por el Banco Central a nivel local, cerrando el viernes a $43,35, alrededor de 55 centavos por debajo de los picos de mediados de la semana.

Estos movimientos se dan, sin embargo, en un marco de mayor equilibrio estructural entre la oferta y la demanda de divisas, que marca un claro contraste con la situación imperante a comienzos del año pasado. En febrero, la balanza comercial volvió a arrojar un saldo positivo, el sexto consecutivo, en esta oportunidad de USD 460 millones, acumulando un superávit de USD 832 millones en el primer bimestre, en comparación con un déficit de USD 1.819 millones en el mismo período de 2018.

En línea con estas cifras, los números del balance cambiario, también al mes de febrero, mostraron un superávit en la cuenta corriente de USD 448 millones, en donde al saldo positivo en el comercio de bienes se suma una mejora en el balance por servicios, sobre la base de una menor demanda de divisas vinculada al turismo en el exterior. A su vez, los datos del balance cambiario también exhibieron una menor demanda de dólares para atesoramiento, con una caída de 50% en relación a enero y de 28% en comparación con igual mes de 2018.

De esta forma, los datos de febrero dan cuenta de un apaciguamiento en las tres principales fuentes de demanda de divisas: las importaciones, el turismo en el exterior, y el atesoramiento de dólares, continuando con la tendencia iniciada en el último tramo del año pasado. Los dos primeros factores, en particular, permiten anticipar una significativa reducción en el déficit de cuenta corriente este año, algo que ya había comenzado a visualizarse en el tramo final de 2018. En este sentido, los números del balance de pagos mostraron como el déficit de cuenta corriente del último cuarto de 2018 se redujo a menos de una tercera parte del verificado en promedio en los tres primeros trimestres del año pasado (-1,8% vs. -6,6% del PIB en términos anualizados, respectivamente).

En lo referido a los datos del nivel de actividad, los indicadores más recientes aportan algunas señales de recuperación a inicios de 2019, pese a seguir mostrando una fuerte contracción interanual. De acuerdo al EMAE, en enero la actividad agregada resultó 5,7% inferior a la de un año atrás, aunque avanzó un 0,6% contra el mes anterior medida sin estacionalidad, variación que se suma al incremento de 1% verificado en diciembre, acumulando una mejora de 1,7% desde los mínimos del mes de noviembre. Este comportamiento va en línea con los últimos datos referidos a la producción industrial y la actividad de la construcción, que también habían presentado variaciones mensuales positivas en el primer mes de 2019.

En lo que tiene que ver con la evolución de la pobreza y la indigencia, en la segunda mitad de 2018 los números del INDEC mostraron un incremento en ambos indicadores en relación a los valores a los que habían retrocedido en 2017, resultado de la suba en el tipo de cambio y su impacto sobre la evolución de los precios y el poder adquisitivo de los salarios. De acuerdo a los datos oficiales, el 23,4% de los hogares se encontraba por debajo de la línea de pobreza en el segundo semestre del año pasado, distinguiéndose entre estos un 4,8% de hogares indigentes, mientras que la proporción de la población urbana que vive en situación de pobreza alcanzó el 32%, siendo el 6,7% indigente. A los valores actuales la proporción de la población urbana que se encuentra por debajo de la línea de pobreza ha vuelto a niveles similares a los que se observaban a fines del mandato de la anterior administración, revirtiéndose las mejoras previas.

A pesar de estos avances y retrocesos, el último estudio sobre pobreza realizado por la Universidad Católica Argentina (UCA), describe cómo han evolucionado en los últimos años los hogares en relación a cuestiones como el acceso a los servicios básicos, características de la vivienda o aspectos medio ambientales. En base a estos datos, entre 2015 y 2018, un 5% de los hogares mejoró su acceso a los servicios básicos, con una reducción del 33,2% al 29,1% de los hogares sin servicio de cloacas y del 12,1% al 10,3% sin disponibilidad de agua corriente, al tiempo que los hogares con carencias en aspectos relacionados con el medio ambiente, como la recolección de residuos, la cercanía de los hogares a basurales, fábricas contaminantes o espejos de agua contaminados, pasaron en el mismo lapso del 23% al 19%. En este sentido, la medición de la pobreza exclusivamente a través de los ingresos, esconde avances logrados en los últimos años en cuestiones de carácter más estructural que también son relevantes a la hora de evaluar las condiciones de vida de la población más vulnerable.

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