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Deuda Externa: El Gobierno presentará una propuesta dura a los bonistas
«Lo que vamos a presentar como propuesta es algo que podamos cumplir como gobierno y como país. No quiero comprometerme a firmar algo incumplible, y a su vez el acuerdo con los tenedores de deuda argentina tendría que ser algo viable para nuestra economía», aseveró hace unos días el Presidente Alberto Fernández.
En base a estas afirmaciones del Jefe de Estado de la Argentina surge una inquietud: ¿Es inevitable un nuevo «default»?
Para encontrar respuestas, hemos consultado a varios expertos en el tema de deuda. A continuación las principales definiciones:
Economista, Miguel Ángel Boggiano:
«Sobre Argentina se cierne nuevamente, esta semana, la amenaza de caer en default o impago soberano. Sería el quinto de su historia (tras 1827, 1890, 1982 y 2002) o el noveno, si se incluyen defaults provinciales (en 1915 y 1930), un acuerdo con el Club de París para evitar default (en 1956) y uno considerado como default de deuda interna (en 1989».
Profesora de Economía, Bárbara Fritz:
«Argentina es uno de los países que más frecuentemente ha caído en problemas de moratoria de pagos. Su último default, en 2002, fue en su momento el impago soberano más grande de la historia de posguerra (casi 145.000 millones de dólares). No obstante, en 2018, el FMI otorgó el mayor préstamo de su historia a un Gobierno conservador que, con un programa económico bastante liberal volvió tener problemas para pagar su deuda. La situación global cambió drásticamente: 80 economías emergentes y en desarrollo ya han pedido ayuda al FMI, y hay informaciones de que el G-20 decidirá en estos días sobre un programa bastante amplio de quita de deuda para países afectados».
Economista, Eduardo Levy Yeyati:
«La crisis abre una nueva puerta. Igual es casi imposible un rápido acuerdo de quita con los acreedores. La oferta de un punto muerto, sin embargo, podría endulzarse usando los 13 mil millones aún sin desembolsar del programa de rescate del FMI, actualmente suspendido, como un pago adelantado a los acreedores. No sé cuál va a ser la oferta. Es muy difícil plantear esa negociación: no sabemos cuánto es lo que podemos pagar, cuánto va a ser el déficit, ni cuánto va a durar la crisis. Cuando uno se sienta a negociar, se sienta con el acreedor y le muestra una tabla con un programa fiscal que precisa cuánta se podrá pagar en tantos años. Pero hoy no sabemos cuánto podemos pagar el año que viene. Lo más conveniente es que el gobierno proponga una reprogramación a dos años o a cuatro. Para luego, con más claridad, sentarse y reestructurar. Eso ahorra el default y pagar. Hay dos condiciones que hay que cumplir: evitar el default y comprometerse a pagar lo que se puede pagar”.
¿Qué implicaría caer en una nueva cesación de pagos?
«Argentina ahora es un caso entre esos 80 países que buscan apoyo de emergencia del FMI. Hay fuga de capitales en todas las economías emergentes. Los inversores internacionales no están invirtiendo en ningún país. Las monedas se están devaluando en todos», puntualizó la economista, Bárbara Fritz.
El problema histórico de la deuda argentina
La política económica de los últimos años fue criticada, no tanto por haber implementado la unificación cambiaria que buscaba resolver los problemas causados por el gobierno de la década kirchnerista, sino por no haber ajustado otra variable importante: el aumento de los salarios. Para impedir que la inflación subiera, era necesario evitar que el incremento de los sueldos superara el crecimiento de los niveles de productividad del trabajo. En Argentina los salarios siguieron inflándose al ritmo impuesto por los gobiernos kirchneristas. La solución a estos problemas históricos de la deuda externa de la Argentina consistiría en tomar medidas impopulares por parte del Gobierno del Presidente Alberto Fernández, en medio de la pandemia del coronavirus, que resultarían inviables en este contexto de crisis. Lamentablemente el gobierno actual de la Argentina perdió mucho tiempo valioso en presentar una propuesta de pago de deuda, teniendo en cuenta que ya pasaron cuatros meses desde la asunción del Presidente Alberto Fernández y recién ahora va a presentar la primera propuesta a los bonistas internacionales.