El mundo está convulsionado y ni siquiera las naciones desarrolladas se escapan de esa realidad.
El Jefe de Estado de los EEUU, Donald Trump, se ha convertido en el tercer presidente de la historia americana que se verá sometido a un impeachment.
En un clima de tensión y de división, la Cámara de Representantes aprobó llevar a Trump a juicio en el Senado por abuso de poder y obstrucción del Congreso a raíz de un escándalo de presiones a Ucrania para obtener beneficios electorales.
El caso salió a la luz en el mes de septiembre al trascender las supuestas presiones de Trump al Gobierno de Kiev para que iniciara unas investigaciones que le favorecían electoralmente.
La líder demócrata, Nancy Pelosi, acusó al presidente de “amenaza continua a la seguridad nacional”, y a su vez aseveró que “estamos aquí para defender la democracia del pueblo”.
Por su parte, desde el bando republicano acusan a la oposición de actuar por revanchismo político.
Tras 11 horas de un debate de alto voltaje político, la mayoría demócrata votó a favor del impeachment, mientras que los republicanos lo hicieron en contra.
El de abuso de poder salió adelante con 230 votos a favor y 197 en contra (195 republicanos y dos demócratas), y el de obstrucción al Congreso, con 229 a favor y 198 en contra (tres deserciones demócratas y una abstención).
Con respecto a la aprobación de iniciarle juicio político al Presidente de Estados Unidos, Donald Trump, el pastor de Georgia, Doug Collins, afirmó que “los demócratas buscan destituir a Trump desde el primer día y les dan igual los hechos y las pruebas”, y agregó que “hoy es un día para el impeachment, pero no es un día para la verdad”, enfatizó.
La explicación de Trump y de los dirigentes del Partido Republicano se centran en la preocupación por la corrupción de buena fe y a su vez el Presidente de EEUU escribió en su cuenta de Twitter: “¡Qué mentiras tan atroces de la izquierda radical!. ¡Este es un ataque a América y el Partido Republicano!”.
Trump ha negado las acusaciones, ha dicho que el proceso es «un engaño», y a su vez también envió una carta de seis páginas a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, diciendo que son los demócratas, y no Trump, quienes han cometido los actos alegados en los artículos de juicio político.
En la carta, Trump escribió: «Ustedes son los que interfieren en las elecciones de Estados Unidos. Ustedes son los que están subvirtiendo la democracia de Estados Unidos. Ustedes son los que obstruyen la justicia. Ustedes son los que están trayendo dolor y sufrimiento a nuestra República para su propio beneficio egoísta personal, político y partidista».
Por su parte, Nancy Pelosi envió su propia carta a los demócratas de la Cámara de Representantes diciendo que, al votar para aprobar los artículos de juicio político, ejercerán «uno de los poderes más solemnes que nos otorga la Constitución».
«Muy tristemente, los hechos han dejado en claro que el presidente abusó de su poder para su propio beneficio personal y político y que obstruyó el Congreso al exigir que está por encima de la responsabilidad, por encima de la Constitución y por encima del pueblo estadounidense», escribió Pelosi, y agregó que «en Estados Unidos, nadie está por encima de la ley».
A su vez, el líder de la mayoría republicana del Senado, Mitch McConnell, calificó de «injusto» el juicio político al presidente Donald Trump, y además tranquilizó a Trump y a los seguidores del Partido Republicano alegando que para «momentos como este es para lo que existe el Senado de Estados Unidos», y posteriormente el senador McConnell acusó a la presidenta de la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, de tener miedo de enviar «su trabajo de mala calidad al Senado».
