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Paulo Leme: “La proyección de la economía mundial para 2020 es que habría una pequeña recuperación de la actividad”
En el marco de la Conferencia Internacional de Economía y Finanzas CIEF 2019 organizada por el Banco Ciudad, la Universidad Torcuato Di Tella (UTDT) y el Comité Latinoamericano de Asuntos Financieros (CLAAF), con la presencia del presidente del Banco Ciudad, Javier Ortiz Batalla, y de Fernando Elías, vicepresidente de la entidad, el profesor en la Escuela de Negocios de la Universidad de Miami, USA, y ex Head de Goldman Sachs Group en Brasil, Paulo Leme, aseveró que “la proyección de la economía mundial para 2020 es que habría una pequeña recuperación de la actividad, con una mejora hacia 3,3 por ciento y 3,5 por ciento” y para la región de América Latina estimó un “crecimiento del 1,5 por ciento -o 1 por ciento si se incluye a Venezuela-”, y advirtió que eso dependerá de lo que suceda con Brasil y México. “Brasil podría llegar al 2 por ciento e incluso sorprender y llegar al 2,5 o 2,75 por ciento y México, que viene de una recesión, podría recuperar el crecimiento a través de la exportación de automóviles”, precisó.
Leme se refirió de este modo al disertar en el panel “Las economías emergentes ante un escenario internacional más incierto”. “Brasil ha sido una sorpresa positiva a lo largo del año. Las tasas de interés a 4,5 por ciento, llegando a cero en términos reales el próximo año, y una vez que empiece a bajar el desempleo, podría ser la sorpresa para arriba en el crecimiento mundial”, anticipó. En cuanto a la Argentina, señaló que “el problema es enorme, ya que los montos de la deuda exige gran expertise y la velocidad del grupo económico debe ser muy grande”. “Es una bomba a reloj que se debe resolver muy rápido. Es factible desactivar, pero patear para adelante los pagos requiere de dar algoa cambio. Tiene que ofrecer algo muy sólido”, concluyó Leme. El ex Head de Goldman Sachs, también miembro de CLAAF, comenzó su exposición destacando que “la guerra comercial y el proteccionismo serían un impedimento importante para el crecimiento mundial” y por eso destacó “el primer acuerdo entre Estados Unidos y China, en la fase 1”. “El riesgo es un poco más bajo, porque el mayor shock por el proteccionismo ya se ha resuelto con la fase 1 del acuerdo y también por el lado de Inglaterra, con el triunfo de Boris Johnson”, señaló. En este sentido, aseguró que “la sorpresa a nivel global será para arriba si se resuelve el proteccionismo y el Brexit”.
Al respecto, indicó que “el riesgo de una recesión es bajísimo, especialmente por la interrupción de la guerra comercial”.
Para 2020 Leme proyectó también que “se espera más crecimiento, pero que no viene de economías desarrolladas, que se quedan en el 1,7 por ciento, sino de las economías emergentes, que son las que pueden dar el crecimiento global”. “Viene de Asia y de los países en recesión profunda. Entre ellos, Brasil y México podrían generar más crecimiento”, anticipó.
En el mismo sentido, estimó también que “la política monetaria va a ser muy expansionista y esto es importante para América Latina”, y que “el nivel de liquidez y el apetito por el riesgo van a ser muy fuertes”. “La baja de tasas y la mayor liquidez es un tema dominante para 2020 y se traduce en el aflojamiento de las condiciones financieras”, anticipó.
En cuanto a la región de América Latina, señaló que “entró en la situación de riesgos geopolíticos” a lo que se suma que “los precios de commodities seguirán muy desfavorables”, y como ejemplo señaló que “el crudo se mantendrá entre 55 o 56 el millón de BTU; el hierro y aluminio quizás queden un poco para arriba, y no se espera que la soja se dispare durante el año, si no hay shock climáticos”.
También indicó que se espera un “retorno de la Bolsa del 8 por ciento; una volatilidad muy baja del 12 por ciento de la Bolsa Americana, con buen desempeño, pero no igual que 2019; un rendimiento de los bonos del tesoro americano que siga por arriba del 2 por ciento” y que “el mercado va a buscar tomar riesgo en Estados Unidos y en mercados emergentes, como Brasil y México”.
“Hay 17 trillones entre deudas de gobiernos y empresas que tienen rentabilidad negativa. Las tasas negativas en distintos países hacen escapar de esos mercados. Eso favorece a los emergentes en América Latina”, afirmó Leme. Y advirtió que si bien “las bajas de interés en el exterior y que los bancos centrales van a seguir acortando tasas y eso podría ayudar a tomar crédito y crecimiento, podría debilitar las monedas”.
En este contexto, anticipó un mercado financiero en América Latina que “sería positivo para las bolsas de México y Brasil en particular”, pero señaló que “la Argentina sería el gran mercado para entrar si se toman decisiones de política económica correcta”.
“En términos de grandes retos, es la política fiscal lo más preocupante y el limitamiento para hacer ajuste fiscal”, explicó el especialista en la materia.
Al respecto, Leme señaló que si bien “Brasil, por primera vez en 15 años, por fin ha ido en una política económica muy sólida”, indicó que “hay países que están con mucha holgura en materia de deuda externa y otros mucho más comprometidos”. “Brasil tiene ministros muy capaces y sensatos y quiere diversificarse en acuerdos por regiones, especialmente con Europa”, evaluó y destacó que “por el tamaño de su economía es fundamental para hacer negocios”.
Respecto de la posibilidad de un Banco Central del Mercosur y su moneda única, Leme señaló: “Brasil no creo que vaya a tener una postura hostil con la Argentina, pero este año la postura será neutral. Va a buscar acuerdos con Europa y otras regiones, pero la moneda única está lejos”.
En relación con el resto de la región, Leme explicó que los problemas podrían venir por la geopolítica. “Bajo crecimiento, mala distribución del ingreso y falta de representatividad política es bastante preocupante”, señaló y aseguró que “habría una visión más optimista de la región si no hubieran ocurrido estos eventos políticos, que ya impactaron en Chile y van a impactar en Colombia y Ecuador, países que van a tener un deterioro”.
“Hay un agotamiento en términos de ajuste y que se debe tomar como una señal muy seria. Las políticas son tan buenas que en el largo plazo van a salir bien, pero el problema en el corto plazo es cómo se llega al largo plazo. Tiene que haber un cambio en el enfoque y mirar por el lado de productividad y crecimiento y no tener un enfoque exclusivamente fiscal”, advirtió Leme.
Y en el mismo sentido concluyó que “se deben entregar mejores servicios antes de que la gente pierda la paciencia”, porque “a la falta de crecimiento se sumó el riesgo político”.