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El Jefe de Gabinete, Marcos Peña, participó de «Diálogos para la Argentina»
El Jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña, participó anoche de «Diálogos para la Argentina», una jornada de debate organizada por el Colegio de Abogados de la Ciudad de Buenos Aires. Durante el evento, que se desarrolló en la sede de la Bolsa de Comercio, Marcos Peña compartió una charla con el periodista Joaquín Morales Solá.
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Declaraciones del Jefe de Gabinete de la Nación, Marcos Peña
Mirando las variables estructurales, la Argentina está en el camino correcto para resolver los problemas e ir hacia un camino de desarrollo y crecimiento.
El cambio que pidió la gente es profundo y para siempre. En esta transformación hay momentos más difíciles y hay momentos donde nos entusiasmamos más, pero nunca nos engañamos de las dificultades a resolver.
Interpretamos al cambio como un cambio de raíz, profundo, de verdad. No porque vengamos como una serie de iluminados a querer reinventar la Argentina o a querer refundarla, sino porque escuchamos todos los días a los argentinos que nos dicen, claramente, que esto tiene que ser de verdad porque no nos resignamos más a tener parches de corto plazo y no tener la dignidad de saber que nuestros hijos y nuestros nietos pueden estar mejor que nosotros.
Cambiar tiene tensiones y las estamos atravesando con firmeza. Cuando uno mira la perspectiva y las cosas que pasaron en la Argentina y en el mundo, lo que se encuentra es que todas las tensiones de ese cambio de raíz se fueron expresando de distintas maneras. Primero, con un respaldo muy contundente de la sociedad al rumbo que se venía planteando, incluso para sorpresa de muchos, que -subestimando a los argentinos- planteaban que las dificultades económicas iban a hacer que se abandonara el rumbo del cambio. Y los argentinos, con enorme madurez y responsabilidad, dijeron ‘no, acá estamos.
Estamos confiados en que este cambio de verdad tiene que seguir adelante’. Después vimos cómo, a fin de año, nos encontramos con la dificilísima tarea de construir consensos cuando uno está en minoría, cuando tiene que dialogar con quien piensa distinto, en lugar de hacer lo que parece más fácil, que es imponer una visión. Y los argentinos, con enorme madurez y responsabilidad, dijeron ‘no, acá estamos. Estamos confiados en que este cambio de verdad tiene que seguir adelante’. Tuvimos un primer cuatrimestre de los más potentes en materia de crecimiento e inversión, y al mismo tiempo teníamos una tensión de ‘no se siente en la calle’.
Es lo que pasa cuando uno empieza a crecer de verdad, estructuralmente, a partir de la inversión y de la exportación y no a partir de ilusiones ópticas que nos queman las reservas y los stocks, como la solución mágica de que solo se puede crecer a partir del consumo y pensando que la riqueza solo se genera en un circuito cerrado permanente.
Después vinieron las turbulencias. Primero una sequía tremenda, la peor en 60 años. También a una suba del petróleo que dejó expuesta otra de nuestras vulnerabilidades producto del cortoplacismo, que era nuestro déficit energético. Tuvimos un cambio de contexto financiero y comercial en el mundo, centralmente a partir de la tensión entre EEUU y China. Todo esto dejó expuestas nuestras vulnerabilidades, no de hoy, no de la foto, sino de la perspectiva.
Son muchas décadas de tomar atajos, cambiar es asumir los problemas desde la verdad y dejar de repetirlos. No hay una herramienta mágica rompiendo contratos, no hay una herramienta mágica que resuelva todos nuestros problemas. Hay que ir con la verdad, hay que solucionar de manera madura y responsable nuestros problemas, hay que mirar con perspectiva el camino hacia adelante. Es un camino de crecimiento y de desarrollo, no son ideas mágicas, son ideas concretas, realidades, cifras, proyectos.
Eso requiere mantener el temple, la confianza. Y entender que esa tensión, probablemente la más difícil de resolver porque requiere de la convicción, es la tensión entre el cinismo, la resignación, el escepticismo contra la esperanza, la actitud positiva, la convicción de transformación, la convicción de que nuestros problemas tienen solución encarándolos de frente, diciendo la verdad y avanzando juntos hacia ese camino que podemos lograr los argentinos.
Es porque abrazamos la realidad que estamos convencidos de lo que podemos hacer, y vamos a hacer todo lo necesario para salir adelante con más república, con más institucionalidad, con más democracia, con más integración al mundo, con más reglas de juego claras, para una Argentina más federal, más desarrollada y con un enorme futuro por delante.