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Editorial: Economista, Martín Tetaz: El virus de los que piden más Estado o más Mercado
El primer falso dilema que trajo la pandemia fue el de pensar que había que elegir entre dos extremos; minimizar las muertes o minimizar el impacto económico.
La irracionalidad de ambos enfoques nos llevó a derrumbar la economía en algunos casos y a que crezca exponencialmente el contagio y desborden los centros de salud, en el otro.
Después de 24 días de cuarentena y después de perdidas económicas que se cuentan en cientos de miles de millones, el Gobierno argentino abrió la puerta en el decreto 355, a la posibilidad de que existan regiones donde no tenga sentido el aislamiento social extremo, porque no hay casos, o porque las actividades ya tienen por su naturaleza el suficiente distanciamiento social, como podría ocurrir en la construcción, o en la minería a cielo abierto, por poner dos ejemplos.
En el otro extremo, después de priorizar la economía por sobre la salud, los contagios explotaron en Nueva York o Londres, donde incluso el Primer Ministro está seriamente enfermo.
Ciento once mil muertos y quiebras mediante, el mundo empieza a darse cuenta que hay una diagonal y así como no tendría sentido prohibir la movilidad de la gente porque todos los años mueren 8000 personas en accidentes de transito en Argentina, tampoco podemos ignorar el problema; tenemos que invertir en caminos seguros y en educación ciudadana, siendo implacables con los controles para evitar que la gente maneje después de haber tomado alcohol.
Ni más Estado ni más Mercado
El otro falso dilema es el de pensar que una economía puede funcionar sin mercados o sin estado, cuando los países desarrollados son un ejemplo de que se necesitan las dos cosas; más mercado y más estado, pero que ambos tienen que estar en buena forma, porque el tamaño no garantiza el éxito.
Si tomamos los 167 países para los que worldometers.info tiene datos sobre coronavirus y lo cruzamos con datos socioeconómicos del Banco Mundial, podemos ver que la cantidad de casos por millón de habitantes depende de dos variables; la cantidad de vuelos internacionales por millón y la cantidad de tests por millón. Ni el gasto en salud (como porcentaje del PBI), ni la porción de ese gasto erogada por el estado, como así tampoco la interacción de ambos términos resultan estadísticamente significativos para explicar la varianza en el número de casos.
Esto quiere decir que los países con mas flujo aéreo están mas expuestos a los casos importados, lo cual es obvio, pero también que no hay relación entre los gastos en salud y la velocidad con la que se contagia la gente.
Podría argumentarse que las inversiones en salud no evitan el contagio, pero bajan la mortalidad, sin embargo, la cantidad de muertos por millón de habitantes no depende tampoco del gasto en salud, ni de la porción de ese gasto financiada por el estado. Obviamente hay mas muertos en países que tienen mas casos (cada 100 casos suben 8,4 los muertos), pero la buena noticia es que la mortalidad baja con el mayor testeo, lo cual también es intuitivo porque una estrategia más agresiva de monitoreo permite detectar los contagios en población de riesgo antes de que esos cuadros entren en estado crítico. Según las estimaciones de Marina Dal Poggetto de Eco Go, por cada día de cuarentena extrema se pierde el 40% del PBI de esa jornada, que sin dudas representa mucho mas dinero que el que cuesta una estrategia de testeo masivo.
En verdad, Estado y Mercado se complementan. No hay posibilidad de tener un capitalismo exitoso si no existe un Estado fuerte que desarrolle ese entramado institucional que llamamos mercado, que no es otra cosa que el conjunto de normas (formales e informales) que regulan la interacción entre oferentes y demandantes. Pero tampoco hay economía que resista la mochila de plomo de un estado pesado e ineficiente, que se convierte en un socio que cobra en las buenas y en las malas, pero que no aporta como contrapartida bienes públicos de calidad, o peor aún, que construye una burocracia inútil que traba el desarrollo.
Si para algo sirvió el coronavirus fue para desnudar las (in) capacidades de cada Estado y para que los contribuyentes vean si vale la pena pagar por esos servicios.
Los Estados fit, que están en forma, como Corea del Sur, o Islandia, dominaron la curva en base a un uso intensivo de tecnología de la información en el primer caso y testeos masivos en el segundo. Los asiáticos aislaron cada caso importado y cada sintomático con su red de contactos, usando aplicaciones que geolocalizaban a cada individuo sospechoso. Los europeos llegaron a testear al 10% de su población.
Los Estados que se mostraron incapaces de controlar el problema, en cambio, debieron imponer restricciones de movilidad, golpeando fuertemente a la economía. Es cierto que algunos fueron más negligentes y lo hicieron mas tarde, siendo responsable de mas muertes. Pero cada día de cuarentena extrema demuestra el fracaso del Estado en controlar y aislar a los casos positivos y en regular la tasa a la cual crecen los contagios, para no colapsar el sistema de salud.
El mejor ejemplo de la incapacidad del Estado es el caso argentino, que mantiene una cuarentena estricta a pesar de que tiene solo 83 casos en terapia intensiva (contra una capacidad de 4000 camas de Cuidados Intensivos en el GBA, de las cuales se estima que el 30% podrían estar disponibles para casos de COVID19). Si bien el testeo es muy deficiente en el país (solo 435 por millón), la evolución de la tasa de nuevos casos en la ultima semana respecto de la anterior (proxy del Ro) está estabilizada, lo que quiere decir que no está creciendo el numero de nuevos contagios.
Entramos a la cuarentena con los nuevos casos quintuplicándose por semana, pero las restricciones noquearon al Ro incluso mas allá del punto necesario para que no desborde el sistema de salud y si el gobierno no cede es porque no tiene capacidad de enfrentar siquiera un crecimiento moderado en las tasas de contagio.
Sí, necesitamos más capacidad estatal, pero claramente necesitamos menos de este Estado fofo, que pesa mucho y se mueve poco.
¿Qué pasa en nuestro país?
Cuando en el mundial de Rusia a Willy Caballero le hicieron uno de los goles más estúpidos de su carrera, por querer hacerle un sombrero al numero 18 de Croacia y parecía que todo se acababa para Argentina, Oscar Ruggeri que estaba comentando el partido para la televisión quiso poner paños de agua fría; dijo que eran cosas que pasaban en un mundial y que ahora se iba a ver de qué estaba hecho Argentina, si tenía lo que había que tener para salir campeón. Con el diario del lunes, está claro que no.
La crisis es una oportunidad para ver de que están hechos los dirigentes, las instituciones, los sistemas de salud y seguridad social, etcétera. Emergen los casos heroicos de los que se juegan la vida y el reconocimiento del aplauso social que pone la piel de gallina cada noche, pero también las miserias de los que los discriminan y los persiguen con mensajes cobardes en los asesores. Aparecen héroes silenciosos que siguen pagándole el sueldo a los trabajadores a pesar de no facturar, miserables que a pesar de seguir cobrando le suspenden la paga al personal doméstico que no puede ir a trabajar y estúpidos que acumulan alcohol en gel y jabones sin darse cuenta que cada producto en la alacena sube las chances de que uno mismo acabe siendo contagiado porque el vecino no puede lavarse las manos.
Y también, por supuesto, queda expuesta la baja calidad de los bienes públicos provistos por el Estado. ¿Por qué, si ya se veían los estragos que estaba haciendo el virus en el mundo, se dejó entrar sin ningún control a los turistas que volvían del exterior o a los que venían de visitas por placer o negocios? ¿Por qué no se los testeó y geo referenció, para seguir la red de contactos, como por ejemplo hizo Alemania con su caso cero? ¿Por qué se adoptó primero una medida extrema de cuarentena indiscriminada y generalizada, para ocuparse en cómodas cuotas y con delay de las consecuencias económicas del distanciamiento social obligatorio, en vez de estudiar la contribución a la tasa de contagio (Ro) de cada actividad y cada región? Son muchos por qué.
Aunque con lentitud, finalmente están empezando a llegar los bomberos. El Banco Central informó que las Mipymes ya accedieron a 29.545 millones de pesos de los 220.000 a tasa del 24% que proyectó la entidad, al tiempo que otros 15.600 ya están aprobados.
Por el lado de la política fiscal, la AFIP comunicó que 220.000 Pymes, que representan el 41% de las registradas ya se habían anotado el viernes para recibir los beneficios del Programa de Asistencia a la Producción y el Trabajo, que contemplan la postergación del pago de hasta el 95% de las contribuciones patronales a la seguridad social, una asignación compensatoria al salario para las empresas de hasta 100 trabajadores, que representa entre el 50% y el 100% de un salario mínimo vital y móvil ($16.875) y un programa de Repros de entre $6.000 y $10.000 para las mas grandes.
ANSES, por su parte, continua en la maraña burocrática para definir quienes cobraran el subsidio de 10.000 pesos para los trabajadores informales y se espera que empiece a pagarlo recién a partir del 17 de abril.
En suma, todos los trabajadores, formales o informales cobrarán en los próximos días, o bien el salario que les corresponde o algún tipo de ayuda que oscila los 10.000 pesos. Quedan sin cobertura aún los monotributistas del C en adelante, como así también los autónomos, incluyendo a la mayoría de los profesionales.
Complementariamente el Banco Central dispuso que los saldos impagos de tarjetas de crédito al 13 de abril se refinancien en nueve cuotas pagaderas a partir de agosto a razón de $147 mensuales por cada $1000 adeudados (TNA 43%), en una medida que copia lo que había hecho El Salvador y que veníamos reclamando. Falta una disposición en el mismo sentido para las cuotas de créditos personales, prendarios e hipotecarios, como así también para los vencimientos de impuestos.
Por último, en el decreto que extiende la cuarentena hasta el 26 de abril se abre la puerta para que, a pedido de los gobernadores, se empiecen a liberar zonas y actividades.
Dólar y tasas
El tipo de cambio oficial corrió solo 25 centavos en la semana corta, a una velocidad anual del 22%, en sintonía con la mejora del tipo de cambio real multilateral, por apreciación de las monedas de nuestros socios comerciales, pero el que se disparó fue el paralelo que arañó los $95 de la mano de la expansión monetaria record de los últimos días. La brecha, consecuentemente la brecha nominal fue record en el 45% e incluso ajustándola por inflación muestra un mercado tan caliente como el de la ultima semana de enero, cuando se conoció el intento de reprogramación de vencimientos del BP21 en la provincia de Buenos Aires.
La tensión del paralelo se da en un contexto global de apreciación de monedas emergentes y estabilización de las primas de riesgo soberano, de manera que responde exclusivamente a las condiciones monetarias locales.
En el terreno monetario la base vuela 41,8% desde el primer día de marzo, pero los pesos están en las gateras de las entidades o encajados en el BCRA, porque el circulante “solo” crece 8% en los últimos 35 días.
La cantidad de medios de pagos (M2) se expande un poco más, pero lo hace endógenamente por la mayor demanda de crédito; así, los depósitos en cuenta corriente suben 12,7% y el dinero en caja de ahorros un 23,2% en el mismo período de 35 días, promediando una expansión de depósitos líquidos del 18%.
Las tasas acusan recibo presionadas además por las regulaciones del BCRA. Los plazos fijos pagan solo 24,84% en promedio, cayendo 198 puntos básicos en la semana y quedando muy por debajo de la inflación esperada (pensemos que las estimaciones privadas de marzo oscilan ente el 2,7% de Eco Go y el 3,6% de Ferreres).
Veremos qué sucede con el dinero de los plazos fijos vencidos cuando se reabra la posibilidad de extraer efectivo por las cajas de los bancos (probablemente la semana próxima).
El costo de adelantos a empresas, por su parte, se derrumbó 841 puntos y cerro en 26,45%. Las líneas personales cayeron también 169 puntos y terminaron en 52,40% pero seguirán bajando fuerte en las próximas semanas empujadas por el tope del 43% a la tasa de tarjetas de crédito, dispuesta el viernes.
¿Qué pasa en el mundo?
Hace dos semanas registrábamos un crecimiento del 116% en los casos conocidos, mientras que la semana pasada dejaron de duplicarse y crecieron 86%, pero en los últimos siete días asistimos a una expansión de solo 47,8% en el total de casos. En otras palabras, la curva mundial comenzó a aplanarse lo cual puede verse tanto en la pendiente del logaritmo de casos totales (muestra el crecimiento), como en el achatamiento de los nuevos casos.
Incluso en Estados Unidos, que es el país con más casos (y mas muertes) del planeta, los datos muestran que las curvas también se están aplanando.
Por esta razón el mercado norteamericano estuvo de fiesta y la bolsa tuvo la suba semanal mas grande los últimos 45 años, con un 13% de mejora promedio en las cotizaciones de las principales empresas, al tiempo que la bolsa de Londres que reúne a las firmas europeas mas importantes escaló un 9,5% cerrando la mejor semana de los últimos 11 años.
Con la presión de la pandemia empezando a ceder y los paquetes de asistencia monetaria y fiscal entrando de lleno a la economía, cobra fuerza la hipótesis de una recuperación en V para las principales economías del planeta, al tiempo que la OPEP+ acaba de cerrar un nuevo acuerdo, esta vez con México adentro, para cortar 9,7 millones de barriles por día la producción, en respuesta a la caída en la demanda del 30% por el coronavirus. Los dos cisnes negros empiezan a desteñirse.
Commodities
El petróleo perdió 18% en la semana por el fracaso de incluir a México en el nuevo acuerdo de la OPEP, pero mientras cerramos este informe acaba de cerrarse el nuevo pacto con al país americano adentro, por lo que es probable que se recupere en la semana. Fue crucial el apoyo de Trump que ofreció a México ayuda para sostener los recortes en la producción.
En los commodities alimentarios no hubo novedades. A lo largo de toda la pandemia se mostraron estables, con caídas moderadas en relación con los energéticos y esta semana recuperó la soja 1,5% y el maíz estuvo prácticamente sin cambios. La estrella del aislamiento fue el.
Las estrellas del aislamiento social fueron el oro y el jugo de naranjas, pero aunque en el caso del alimento el shock de demanda fue por efecto bunker (stockeo), después de hacer subir 20% el precio, empezó a ceder en la medida que aflojó la pandemia. En el caso del oro, primero sufrió como los otros metales, porque el vuelo a calidad prefirió los bonos del Tesoro, pero en la medida que se consolidaron los paquetes fiscales y monetarios, se recuperó fuerte ante los impactos esperados de la emisión.
Flujos a emergentes y riesgo país
Tal y como hemos venido anticipando desde el inicio de la crisis, la salida de capitales de los países emergentes no tiene precedentes y marca un record difícil de superar que puso presión a las monedas locales y duplicó los riesgos soberanos. Según los cálculos del Instituto de Finanzas Internacionales, en los últimos 75 días se acumulan casi 95.000 millones de salida de fondos de emergentes, concentrándose la fuga en acciones durante los primeros 50 días y en bonos en los últimos 25. En magnitud, el vuelo a calidad de los fondos cuadruplica el que se vio durante la crisis del 2008-2009 Por fortuna ambos flujos parecen estabilizarse en la última semana.
El análisis diario confirma que el flujo de movimientos se frenó en la ultima semana y una cosa similar ocurrió en los mercados de bonos de emergentes, tanto a nivel global, como en el caso de los latinos y en la medida que se rearme la OPEP+ es razonable esperar que empiecen a ceder las primas de riesgo, particularmente de los latinos petroleros.
Estimación de impacto global del coronavirus
Los analistas del IIF ajustaron también sus estimaciones sobre el impacto que tendrá la pandemia en la economía global, con un 5,4% de caída en el PBI en relación con las proyecciones previas a la crisis.
Latinoamérica es la región mas afectada, puesto que se esperaba una expansión del 1,2% en el PBI y ahora se calcula una caída del 5% con México y Argentina sufriendo un 5,8 y 5,7% respectivamente. Algo similar ocurre con el área del Euro que pasa de un crecimiento previsto del 1,2% que ya se venía frenando, a una caída pronosticada del 5,7% por la pandemia.
Monedas emergentes
Prácticamente todas las monedas emergentes se estabilizaron, empezando por el Real y el Rublo ruso, que se apreciaron 3,9% y 4,4% respectivamente.
Lo mismo ocurrió con el peso mexicano, el colombiano y el chileno, que se recuperaron 5,7% en el caso de los aztecas, 5,1% los cafeteros y 2,8% los transandinos.