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Ciudad de Buenos Aires: Informe Económico Semanal del Banco Ciudad
En una semana marcada por un nuevo vencimiento de Lebacs, el tipo de cambio continuó mostrándose estable, con variaciones mínimas respecto a los valores en los que había cerrado la semana previa. De esta forma, el Banco Central logró atravesar con éxito la antepenúltima etapa de su programa de cancelación de Letras, en un contexto en el que ha reaparecido el interés por los activos en moneda local. Por otro lado, también se dieron a conocer los datos de precios correspondientes al mes de septiembre, los cuales reflejaron el impacto pleno del salto cambiario verificado a fines de agosto.
En lo que respecta a la licitación de Lebacs de esta semana, frente a un vencimiento de $227 mil millones en manos de entidades no bancarias, el BCRA renovó sólo $106 mil millones, reduciendo el stock de estos instrumentos en $121 mil millones. Esto, sumado al vencimiento de Lebacs en manos de entidades financieras, de una magnitud mucho menor y que de acuerdo a la regulación del BCRA no podía ser renovado por los bancos, permitió reducir el stock total en $ 150 mil millones.
Como resultado, en los últimos 7 meses, el total de Lebacs en circulación se contrajo en un 85%, desde picos de casi $1.300 mil millones. Asimismo, pasó a representar tan sólo un 15% de la Base Monetaria, frente a un 87% a mediados de agosto, cuando comenzara el programa de cancelación acelerada de Lebacs, mientras que también se redujo en forma significativa su relación con las Reservas Internacionales, pasando a significar un 11% tras esta última licitación, luego de alcanzar un ratio de 130% a fines del año pasado.
En este sentido, si bien aún quedan por delante dos vencimientos más para que las Lebacs salgan completamente de circulación, el BCRA ya realizó avances significativos de cara a desarticular esta potencial fuente de inestabilidad cambiaria. Adicionalmente, si bien parte de la reducción de las Lebacs tiene como contrapartida un incremento en el stock de Leliqs (las letras de liquidez del BCRA a 7 días de plazo), estas últimas sólo pueden ser adquiridas por entidades financieras, por lo que se ve más acotada su eventual incidencia sobre la dinámica del tipo de cambio en el corto plazo, atento a las estrictas limitaciones impuestas a los bancos para tomar posiciones en moneda extranjera.
Por otra parte, con expectativas de devaluación ahora más aplacadas, en buena medida a partir de la implementación del nuevo esquema de política monetaria-cambiaria, los pesos emitidos por la cancelación de Lebacs se orientaron fundamentalmente a otras inversiones en moneda local. En este sentido, frente a una emisión programada de $75.000 millones en la licitación de Letras del Tesoro en pesos realizada el día miércoles, se recibieron ofertas por cerca de $119.000 millones, que excedieron en un 60% el monto licitado. A esto se suma además el fuerte incremento que vienen registrando los depósitos a plazo fijo en pesos del sector privado que, acompañando las mayores tasas de interés, han acelerado su ritmo de crecimiento, alcanzando variaciones mensuales del 10% (50% interanual).
Con una mayor predisposición por parte de los inversores a tomar posiciones en pesos, el vencimiento de Lebacs no tuvo un correlato en la dinámica del tipo de cambio, que -como se indicó- registró durante toda la semana mínimas fluctuaciones frente a los valores del viernes anterior. La cotización del dólar a nivel mayorista promedió $36,4, con una variación de 0,5% respecto al cierre de la semana previa, manteniéndose 11% por debajo de los picos de fines de septiembre y acercándose a la banda inferior de la zona de no intervención cambiaria dispuesta por la autoridad monetaria.
Esta evolución que ha venido mostrando el tipo de cambio a lo largo de las últimas tres semanas contrasta con la volatilidad de los meses previos, algunos de cuyos efectos se ven reflejados ahora en la evolución del nivel de precios. En este sentido, los datos de inflación de septiembre publicados por el INDEC mostraron una suba de 6,5% del IPC, centrada principalmente en el IPC núcleo, el componente subyacente de la inflación, sobre el que recae en mayor medida el impacto de la depreciación del peso. Este subíndice presentó una variación de 7,6%, que explicó algo más de ¾ partes de la variación del IPC del mes, impulsado por subas en alimentos, automotores y equipos tecnológicos, entre otros rubros transables internacionalmente que tienen al dólar como referencia. Más allá de esto, los aumentos en precios regulados (4,7%) y estacionales (4%) también resultaron importantes, sumando una presión adicional sobre el índice general.
Asimismo, el traslado de la devaluación también se pudo observar en los precios mayoristas, los cuales presentaron una suba de 16% en septiembre. En los meses subsiguientes, sin embargo, el efecto de los movimientos cambiarios de agosto se irá diluyendo, por lo que en un contexto de mayor estabilidad en la cotización del dólar, sumado a la evolución de la actividad agregada, se prevé que las variaciones del nivel general de precios tiendan a desacelerarse. En este sentido, la estrategia de fuerte restricción monetaria, que ya tuvo efectos sobre la dinámica cambiaria, comenzaría a rendir sus frutos en términos de la estabilización del resto de las variables nominales de la economía.