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Ciudad de Buenos Aires: Informe Económico Semanal del Banco Ciudad
La volatilidad que mostraron los mercados financieros globales tras conocerse el resultado de las elecciones en los Estados Unidos ha ido cediendo con el correr de los días, dando lugar a un escenario algo más estable. Sin embargo, determinadas variables clave dejan entrever el corrimiento en las expectativas hacia un escenario signado por un mayor proteccionismo y una política fiscal más expansiva en los Estados Unidos, que impulsarían no sólo el crecimiento en dicho país, sino también la inflación y las tasas de interés de la mayor economía del planeta, con previsibles repercusiones a nivel global.
En particular, el rendimiento de los bonos del Tesoro norteamericano a 10 años, luego de subir en tres jornadas 40 puntos básicos (p.b.) hasta 2,25% (el alza más pronunciada en poco más de tres años), se incrementó algunos puntos más esta semana, cerrando en 2,33%. Esta suba en la tasa de los bonos del Tesoro refleja un futuro giro hacia una política fiscal más laxa, con vistas a apuntalar el crecimiento de la economía norteamericana, que se traduciría en mayores necesidades de financiamiento y un escenario de inflación en ascenso. A su vez, esta variable cobra relevancia desde un punto de vista global por sus efectos sobre la evolución de los flujos de capitales hacia las economías emergentes, ya que mayores rendimientos en los EE.UU. tienden a generar una atracción de capitales hacia dicho país, restando atractivo a distintos activos financieros considerados más riesgosos.
En simultáneo, la cotización del dólar a nivel internacional también se hizo eco de las expectativas de inflación y tasas de interés en ascenso en los EE.UU. El denominado “dollar index”, que mide la evolución del dólar contra una canasta de 6 de las monedas más relevantes a nivel mundial, siguió en alza esta semana, acumulando un incremento post-elecciones de 3,4%, hasta su valor más elevado de los últimos 14 años.
En los mercados emergentes, las primas de riesgo experimentaron cierto retroceso en las últimas jornadas, aunque siguen ubicándose en niveles superiores a los de dos semanas atrás. En este sentido, el índice EMBI+ elaborado por el banco J.P. Morgan, el cual mide el nivel de riesgo país del conjunto de las economías emergentes, descendió desde 261 hasta 250 puntos básicos, en tanto que las primas de riesgo de Brasil y México retrocedieron entre 20 y 30 puntos, hasta los 331 y 250 p.b., respectivamente. En lo que respecta a las monedas de los mercados emergentes, estas también se mostraron más estables los últimos días, apreciándose incluso levemente respecto a los picos de las cotizaciones alcanzados después de las elecciones. A modo de ejemplo, el peso mexicano, una de las monedas que se vio inicialmente más afectada, se recuperó 0,8% respecto al dólar en la última semana, en tanto que el real brasileño se recompuso un 1,4%.
Con una economía argentina que se encuentra ahora más acoplada al mundo, los mercados locales acompañaron la evolución que mostraron las primas de riesgo y las monedas de las economías emergentes. El “spread” entre el rendimiento de los títulos públicos locales y el de sus pares norteamericanos se redujo parcialmente a 489 puntos, tras tocar un pico de 504 puntos básicos, a la vez que el peso se apreció ligeramente, para cerrar el viernes en $15,48, tras haberse depreciado un 3,4% post-elecciones en EE.UU., hasta los $15,55.
En este marco, el BCRA decidió esta semana implementar un nuevo recorte de 50 puntos básicos en su tasa de referencia, llevándola a 25,75%. De acuerdo a lo anunciado por la propia autoridad monetaria, su decisión se centró en las señales de precios que, abstrayendo del efecto de los cambios tarifarios, apuntan a un descenso de la inflación en línea con su objetivo intermedio de una tasa mensual de 1,5% o menos en el último trimestre del corriente año. A su vez, el BCRA señaló en su comunicado de política monetaria que no considera que la reciente depreciación del peso contra el dólar tenga mayores efectos inflacionarios, en la medida que su movimiento ha sido menor al de otras monedas contra la divisa norteamericana. Es decir, que pese a depreciarse contra el dólar, el peso se habría fortalecido ligeramente contra las monedas de nuestros principales socios comerciales, neutralizando los efectos de los movimientos cambiarios sobre los precios internos.
En términos de evolución de los precios domésticos, esta semana se conocieron los indicadores de precios mayoristas y de costos de la construcción elaborados por el INDEC. El Índice de Precios Internos al por Mayor (IPIM) arrojó en octubre una variación mensual de 0,6%, dato que si bien marca una leve aceleración frente al 0,4% de septiembre, se mantiene bien por debajo del promedio del primer semestre (4,1%). El Índice del Costo de la Construcción (ICC), en tanto, aumentó en octubre un 4,8% mensual, aunque esto se debió en buena medida a la entrada en vigencia del incremento salarial escalonado ya pactado en la paritaria del sector, el cual contrasta con el alza del capítulo Materiales, que se encareció sólo un 1,5%, en línea con la moderación inflacionaria observada en el resto de los índices de precios.