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Bajó la mortalidad infantil y materna en la Argentina
Según un informe de la Secretaría de Salud de la Nación, la tasa de mortalidad infantil bajó al 9,3 por mil nacidos vivos en 2017, respecto del año anterior cuando se registró un índice de decesos del 9,7 por mil.
En tanto que la tasa de mortalidad materna descendió de 3,4 a 2,9 por diez mil en el mismo período comparativo, lo que arroja una caída de casi el 15 por ciento.
Además, en 2017 doce provincias registraron la tasa más baja de los últimos diez años en mortalidad infantil.
La estadística toma en cuenta la cantidad de niños menores de 1 año fallecidos sobre el total de recién nacidos vivos.
La mejora en éste índice es atribuible en su gran medida a la disminución de las muertes por enfermedades respiratorias entre los años 2016 y 2017, con 120 defunciones menos, lo que representa un descenso del 23,7 por ciento.
En 2017, de las 4550 defunciones ocurridas en el periodo neonatal, 3097 (68 por ciento) fueron por causas relacionadas con la duración de la gestación y el crecimiento fetal y 1290 (28 por ciento) debido a malformaciones congénitas, fundamentalmente por cardiopatías.
Debido a que esas proporciones se mantienen similares a lo largo de los últimos diez años, el Ministerio de Salud y Desarrollo Social sostiene en su informe la necesidad de redoblar los esfuerzos para que los nacimientos prematuros se produzcan en instituciones con la complejidad adecuada para atenderlos, evitar los traslados entre instituciones y asegurar que todos los cuidados prenatales y postnatales sean los óptimos para esa población vulnerable.
El 99,7 por ciento de los partos que se produjeron en 2017 fueron en instituciones de salud, de las cuales casi el 60 por ciento pertenecen al subsector público.
La tasa de muertes maternas sobre nacidos vivos, en tanto, registró un descenso de 0,5 cada diez mil entre 2016 y 2017, con 43 defunciones menos en ese último año respecto del anterior.
Entre las causas de esa baja se encuentran la reducción de las muertes por embarazo terminado en aborto, a la menor incidencia de las hemorragias (antes y después del parto) y a la disminución de las causas obstétricas indirectas, es decir, no vinculadas directamente con el embarazo, como las enfermedades respiratorias.
Y las muertes maternas vinculadas a todas las causas de embarazo terminado en aborto descendieron 55,9 por ciento desde 2010 a 2017, lo que puede atribuirse a la mejora del acceso a servicios de salud sexual y reproductiva (consejería en salud sexual y distribución de anticonceptivos), a la educación sexual integral y al fortalecimiento de la salud en la mayoría de las jurisdicciones.
Mientras que la disminución de la mortalidad atribuida a hemorragias pre y postparto es el resultado de la adherencia por parte de los profesionales de la salud a las herramientas para prevención y tratamiento de la morbimortalidad por hemorragias, como son los algoritmos de tratamientos, el cumplimiento de protocolos de atención del parto, el manejo de la hemorragia postparto y el empleo de los insumos adecuados para el manejo de estas situaciones críticas.
En lo que respecta al embarazo adolescente (entre 10 y 19 años), hubo una disminución del 20 por ciento de nacimientos como consecuencia de la implementación del Plan Nacional de Prevención del Embarazo No Intencional en la Adolescencia (Plan ENIA) que se lanzó en el año 2017.
Este plan cuenta con estrategias de sensibilización a la población en general y a los adolescentes en particular sobre la importancia de prevenir y disminuir el embarazo no intencional, mejorar la oferta de servicios en salud sexual y reproductiva en relación con la disponibilidad, accesibilidad, calidad y aceptabilidad de las prestaciones, y potenciar las decisiones informadas de este grupo de edad.
Y pese a que para el grupo de adolescentes de 10 a 14 años (adolescencia temprana), en 2017 se registró un leve ascenso de 74 nacimientos comparado con 2013, cuando se registró el mayor valor de la última década, el descenso fue del 24 por ciento.
Las autoridades sanitarias remarcaron la importancia de que se cumpla la ley de educación sexual integral en todo el país y que los protocolos por abuso sexual sean ampliamente aplicados.